Así surgió este proyecto de la Federación de surf de Gipuzkoa, que celebrará su cuarta edición los próximos fines de semana de mayo, y que está pensado para todos los niveles. “Aunque se diseñó para olas grandes, en realidad la ola grande es el reto de cada persona. Esta puede ser de un metro y medio, de cuatro o de seis, da lo mismo. El objetivo es que cada uno sea consciente de lo que está haciendo y de hasta dónde está preparado”, cuenta Ostolaza.
El propio Muniain y otros dos surfistas, Axier Roteta y Jon Ander Etxebarria, son los encargados de impartir este curso en el que se dan clases de interpretación de las condiciones marítimas, de apnea y de socorrismo y primeros auxilios. Enseñanzas que todos ellos pensaban básicas en cualquier surfista y que en los últimos años han comprobado que no es así.
“Aunque sea increíble, la inmensa mayoría de los surfistas, a no ser que también sean socorristas, no saben nada de primeros auxilios”, explica Etxebarria. Muniain lo corrobora y va más allá. “No entiendo cómo en localidades costeras no se enseña el funcionamiento de las corrientes o nociones básicas de socorrismo”, asegura.
El curso pretende acabar con esta realidad, marcando unas pautas a seguir en situaciones de riesgo -desde zonas de espuma a rompientes peligrosas- y en accidentes.
La primera de ellas y la más fundamental es la de conocerse a sí mismo. “Hay que saber gestionar los miedos. En el mar, se pueden dar miles de situaciones y es imposible saber qué hacer en cada una de ellas. Pero si en ese momento sabes mantener la calma y conoces las reglas básicas, encontrar una salida es muchísimo más fácil. Si te alteras y te comen los nervios, no tienes nada que hacer”, apunta Roteta.
“Hay que conocer el entorno”
El curso está dividido en dos partes. La primera se celebra los sábados en Orio y aborda la apnea para surfistas. La segunda se lleva a cabo en Zarautz los domingos y combina teoría y práctica ante situaciones de riesgo.
“Hay que conocer el entorno. Somos mucho de mirar al de al lado y pensar: si ese puede hacerlo, yo también. Pero no es así, cada uno tiene sus propias limitaciones”, recalca Muniain.
Por este motivo, el surfista zarauztarra enseña a “leer los mapas de previsión” y a saber responder a situaciones determinadas. “En realidad, él se adapta al tipo de nivel técnico de los participantes. Puede enseñar tanto a principiantes como a surfistas experimentados”, asegura Ostolaza. De este modo, los participantes pueden conocer mediante ejemplos las diferentes corrientes que pueden darse y cómo salir de cada una de ellas.
Etxebarria, por su parte, es el encargado de instruirles en socorrismo acuático y en primeros auxilios. “Básicamente enseñamos algo que muy pocos conocen y que todos deberíamos saber: la RCP -la reanimación cardiopulmonar-”, cuenta, al tiempo que explica que en el mar, los ahogamientos y los politraumatismos son los peligros más comunes.
“Hay que dejar claro que los primeros auxilios no son para uno mismo, sino para el que tienes al lado”, explica el socorrista. Ostolaza así lo comparte y asegura que los egos, habituales entre los surfistas cuando se dan olas pequeñas, se dejan aparte en situaciones extremas. “Cuando alguien se dirige a una ola muy grande, el resto de surfistas se paran, atentos a lo que pueda pasar. En el agua te olvidas de quién te cae mal en la arena”, apunta.
Por último, Roteta imparte una serie de ejercicios de relajación con el fin de mejorar la capacidad pulmonar de cada uno de ellos. Todo para responder a una pregunta que a priori parece sencilla: ¿Cuándo te estás ahogando? “Yo, por ejemplo, siempre he pensado que desde que sufres la primera contracción te estás ahogando, pero no es así”, afirma Orbegozo.
“En realidad, todos somos capaces de aguantar más de dos minutos sin respirar. Lo que pasa es que mentalmente no estamos preparados y nos entra el pánico al sentir contracciones”, añade Roteta. Por este motivo, el instructor pone a los participantes en diferentes situaciones. “Primero hacemos una prueba para ver cuánto dura cada uno en la piscina. Y luego hacemos la mismo, pero tras correr un rato. Ahí es donde se comprueba cual es el límite real de cada uno”, añade.
Otro de los temas que se tratan en el curso es la elección del material, algo que para los surfistas no es tan importante como se cree. “Hay gente que piensa que el material más moderno te convierte en Superman, y no es así. Un chaleco de 1.000 euros por sí solo no te va a salvar”, explica Orbegozo. Muniain también lo cree así y opina que los equipos, en muchas ocasiones, sirven como placebo. “Todos tienen sus pros y sus contras. En una motocicleta está claro que un casco te puede salvar la vida y que no te va a perjudicar. En el surf, en cambio, un chaleco hinchable te ayudará a flotar, pero también te arrastrará”, avisa.
Las inscripciones para los cursos siguen abiertas a través de la Federación de surf de Gipuzkoa. Cada fin de semana de mayo se acogerá a un grupo de mínimo seis personas y un máximo de doce.