La lista tradicional de la compra tiene los días contados. A la barra de pan, el cartón de leche y el paquete de cereales habrá que añadir en unos años los gusanos, los saltamontes y hasta los grillos. Al menos esa es la percepción que tiene la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), quien considera a los insectos “el alimento del futuro” gracias a su riqueza en proteínas y vitaminas. Más de 2.000 millones de personas consumen bichos en la actualidad, y ahora, a través de Carrefour, los guipuzcoanos también podrán hacerlo.

Desde este lunes, los establecimientos de la marca francesa en Gipuzkoa disponen de una gama de nuevos alimentos a base de insectos. “Los primeros días cuesta, porque es algo que no se conoce. Pero durante los tres días que llevan a la venta, en todos alguien los ha comprado”, apunta Luis María Martín, responsable del hipermercado en Oiartzun.

Desde el pasado 1 de enero, la legislación europea cataloga a los insectos como “nuevo alimento”, permitiendo su comercialización. Carrefour es el primer grupo de alimentación en el Estado que se anima a venderlos.

Aunque en total son diez los productos que se han puesto a la venta, en Gipuzkoa por el momento están disponibles solo cinco. Tres cajitas de entre 14 y 18 gramos, una de grillos con sabor a cebolla y barbacoa, otra de gusanos al ajo y a las finas hierbas, y una última de saltamontes al chili, además de dos barritas energéticas sin gluten, una con sabor chocolate oscuro e higo y otra de manzana, piña y caramelo. El precio de venta de las cajas es de siete euros, mientras que el de las barras, de dos euros.

Cada insecto, procedente del propio país galo, se vende ya cocinado y tiene una caducidad de aproximadamente un año. En un principio, Carrefour los oferta como un aperitivo y sustituto de las patatas fritas, los nachos o las pipas, pero las opciones son infinitas.

“Me los imagino mezclándolos con una ensalada, aunque por si acaso, tapándolos con la lechuga”, bromea Susana Santos, una cliente del hipermercado tras probarlos con su hija, María Gómez. “Saben a gusanitos, pero salados. Pensaba que estarían mucho más malos”, añade.

Amaia Arregi, otra consumidora, va más allá y los colocaría sobre una tortilla recién hecha. “Aquí no hay cultura de esto, pero en muchos países se comen. Pican un poco, pero están buenos”, afirma esta mujer.

Otros, aunque se atreven a probarlos, no se ven cambiando un plato de filete por otro de gusanos. “No me imagino preparando en casa un puchero de esto”, asegura Begoña Aranguren. Su marido, José Oliden, asiente y se pregunta por qué han de ser los insectos franceses. “También podrían ser de aquí”, comenta.

Begoña Ganetxogoikoetxea, por su parte, se muestra contenta con el sabor, aunque duda de que sus hijos, Ander y Gorka Letamendia, quienes también se atreven a probar los insectos, cambiasen el chocolate por los bichos. “Son como cereales. Quizás se puedan comer como aperitivos, pero no los veo como un plato de algo”, cuenta.

SUS BENEFICIOS

Desconocimiento general

“Tienen un alto nivel de proteínas y grasa”

Para la FAO, los beneficios de los insectos son abundantes. Ricos en proteínas, con vitaminas B1, B2 y B3, y con niveles altos de omega 3 y 6 que los convierten en una fuente importante de minerales como el hierro.

Además, su producción implica la emisión de un 99% menos de gases de efecto invernadero, reduciendo notablemente la contaminación y el consumo de agua.

“Nutricionalmente son muy buenos. En cuanto la gente vaya conociéndolos más, seguro que van comprándolos”, explica al respecto Martín.

La nutricionista Vanessa Blázquez, de Nutrición Donostia, así lo corrobora. “Tienen un alto nivel en proteína y grasa, que se podría comparar perfectamente con la carne de vacuno”, cuenta.

No obstante, Blázquez duda del valor real de estos insectos “al estar procesados”. “Para conseguir un requerimiento de proteínas que sustituya a un filete de ternera, habría que tomarse cuatro o cinco cajas de insectos, lo que económicamente sería inviable”, asegura.

“En realidad, tomamos dos o tres veces más las proteínas que necesitamos. Lo que tendríamos que hacer es buscar nuevas fuentes más asequibles”, añade, catalogando el producto de Carrefour como “una moda pasajera”.

La nutricionista ve los insectos como un complemento ideal para añadir a una ensalada o como parte de un plato exótico. “No me imagino al consumidor tomando escarabajos en vez de un filete”, concluye.