Euros. Es el precio aproximado que tendrían los 300 kilos de angulas decomisadas por la Guardia Civil el pasado febrero en el aeropuerto de Madrid. El cargamento, que viajaba declarado como percebe, tenía como destino Vietnam, uno de los países asiáticos donde este animal es más consumido. Las angulas se transportaban en cajas refrigeradas sin agua, y este animal puede aguantar hasta 72 horas en esas condiciones.

Angulas. Es el número de ejemplares que tiene un kilo. Este pescado, tan apreciado gastronómicamente en Euskadi, apenas tiene interés culinario en el mercado asiático. Lo que se aprecia realmente es su valor económico, ya que los asiáticos las crían hasta convertirlas en anguilas, multiplicando su precio. Así, si el coste de un kilo de angulas en Euskadi puede oscilar entre los 400 y los 600 euros, en el mercado asiático puede dispararse hasta los 1.500 euros.

2016

La Guardia Civil comienza a tener constancia de la presencia de “turistas” asiáticos que tratan de colar angulas en su equipaje para después venderlas en el mercado negro. En el mes de mayo, el Seprona detiene en el aeropuerto de Barajas a dos viajeros de origen chino que transportaban entre cuatro y cinco kilos de angulas en sus maletas. El valor de mercado de la mercancía ascendía a 14.000 euros.

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Años. Es el tiempo que lleva la Diputación de Gipuzkoa investigando el comportamiento de las anguilas en los ríos guipuzcoanos, lo que convierte al territorio en un referente a nivel estatal. Estudiar esta especie y tratar de revertir la delicada situación en la que se encuentra no es tarea sencilla, ya que como apuntan en la dirección de Montes y Medio Rural de la Diputación, para apreciar los cambios y las mejoras introducidas es necesario esperar al menos dos décadas. Tras este tiempo, en Gipuzkoa no se ha conseguido mejorar la densidad (número de ejemplares que pueden verse en los ríos), pero sí su distribución (el espacio que colonizan en el río es mucho mayor que hace algunos años).

La Diputación de Gipuzkoa lleva más de un cuarto de siglo estudiando el hábitat de los ríos del territorio y las especies que viven en ellos. Este meticuloso trabajo de investigación ha permitido conocer y revertir la delicada situación de especies amenazadas como el salmón, pero no es la única. Durante los últimos quince años, la investigación se ha diversificado y ha permitido a los técnicos forales acercarse a una de las especies marinas que más enigmas desentraña: las anguilas. De esta forma, los años de contemplación de esta especie y la recopilación de muy diversa información ha convertido a Gipuzkoa en uno de los territorios de referencia en el Estado en lo que a conocimiento de la anguila se refiere.

Tanto es así que cuando el pasado 10 de febrero la Guardia Civil intervino, en el aeropuerto de Madrid, un cargamento de 300 kilos de angulas -ejemplar alevín de la anguila- no dudó en llamar a la Diputación para que se hiciera cargo del cargamento.

La llamada pilló por sorpresa a los técnicos forales, ya que, tal y como reconocen, “no todos los días te encuentras con 300 kilos de angulas para repoblar” los ríos. Recuerdan que la noticia del decomiso era, cuando menos, “interesante”. Filas y filas de cajas de angulas camufladas que tenían como destino Vietnam y que rondaban un valor de mercado de 400.000 euros. Y es que, la anguila es un pez muy apreciado en los países asiáticos, que encuentran en el contrabando de la angula un negocio redondo. “Hay que pensar que la anguila tiene un precio muy muy elevado, por lo que se ha convertido en materia de contrabando al nivel de cualquier droga. En cada kilo de angulas hay como del orden de 3.000 ejemplares que no pesan nada. Una vez en el destino, las hacen crecer hasta convertirlas en anguilas. El peso se multiplica y, por lo tanto, también su precio. Si las angulas se pagan aquí entre 400 y 600 euros el kilo, en el mercado internacional, sobre todo en China y Vietnam, se está pagando hasta 1.500 euros”, cuenta la directora de Montes y Medio Natural de la Diputación, Arantxa Ariztimuño.

De esta forma, en los últimos años, el contrabando de angulas se ha disparado. Tanto es así que la Guardia Civil tiene constancia de que los contrabandistas transportan la mercancía en sus propias maletas, en las que tratan de camuflar hasta cuatro y cinco kilos de angulas. Este mismo viernes, la Guardia Civil ha asestado un nuevo golpe al tráfico ilegal de esta especie, en una operación en la que ha detenido a diez personas y desmantelado un grupo dirigido por chinos asentado en el Estado que, al menos desde 2016, exportaba este producto a mercados asiáticos con unos beneficios netos de 37,5 millones de euros.

En el caso del decomiso que acabó en Gipuzkoa, las cantidades también eran astronómicas. Kilos y kilos de angulas (casi 300) transportados en cajas declaradas como percebes . “La Guardia Civil se encontró con una masa de angulas que a saber cuántas horas llevaban en una caja refrigerada, sin agua”, explican fuentes del departamento de Ariztimuño, que señalan que “estos ejemplares pueden sobrevivir hasta 72 horas fuera del agua gracias a una gelatina que sueltan y que las hace estar hidratadas”.

Tras el hallazgo, el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil, Seprona, se puso en contacto con la dirección de Montes y Medio Rural de la Diputación, a fin de que se hicieran cargo de este particular alijo.

Así, una vez que las cajas fueron trasladadas a Gipuzkoa, se procedió a la suelta controlada de las angulas en los ríos Oiartzun y Oria. “Fue muy interesante ver cómo, esa masa casi transparente, en el momento en el que la soltamos en el agua, revive y, de repente empieza a tener el comportamiento de un pez. Empieza a nadar y en menos de cinco segundos se desplaza al fondo de los ríos para esconderse debajo de las piedras”, recuerdan desde la dirección de Montes y Medio Natural.

Para Gipuzkoa, la suelta “controlada y racional” de esta masa de angulas es un ejercicio muy interesante que va a permitir dar pasos importantes en el estudio de esta especie todavía misteriosa. “Gracias a que llevamos muchos años trabajando con la anguila somos capaces de responder a un montón de cuestiones, y por eso mismo, somos capaces de responder bien al reto de soltar casi 300 kilos”, celebra Ariztimuño, quien explica: “Sabiendo dónde hay anguila y dónde no, hemos decidido soltar en aquellas zonas donde no tenemos para que la especie colonice esos espacios”. “También hemos hecho algunos experimentos de suelta de angulas en distintos estadios de crecimiento -añade-. El objetivo era no soltar los 300 kilos de golpe, sino hacerlo de una manera racional y lo más eficaz posible”.

Derribo de las presas

El reto no es menor. Actualmente, la población de anguilas ha sufrido un brutal retroceso, una tónica que no se circunscribe únicamente a Gipuzkoa, sino que se repite en toda Europa.

Los excesos que durante años se han producido en la pesca, la alta contaminación de los ríos o la construcción de obstáculos como presas ha hecho que el declive de la especie sea más que evidente. “El área de distribución de esta especie se ha reducido de forma dramática”, explica Ariztimuño, quien apunta que, con la construcción de las grandes presas en las cuencas del Ebro, el Duero o el Tajo, se redujo al 80% los tramos de río que las anguilas podían llegar.

En Gipuzkoa, la situación es similar. “La población no va muy bien. Estamos trabajando en el derribo de presas y su permeabilización, para conseguir mejorar la distribución”

La pesca tampoco ayuda. Aunque en Gipuzkoa está prohibido capturar anguilas (competencia de la Diputación al tratarse de pesca fluvial), la pesca de angulas está autorizada (competencia del Gobierno Vasco al considerarse pesca marítima) aunque limitada a unos meses determinados y a unas cantidades muy reducidas. Todo ello ha influido en la supervivencia de la especie.

4.000 kilómetros

Para entender mejor la situación de las anguilas resulta clave entender su ciclo de vida, una tarea que todavía entraña muchos misterios. “Parece que las anguilas adultas se sumergen en aguas muy profundas del Mar de los Sargazos, cerca del Caribe, en aguas oscuras y frías (en torno a 15 grados), a unos 500 metros de profundidad, para criar”, explican fuentes de la dirección, que precisan: “El proceso de la cría es todo un misterio. De hecho, nunca se ha observado el proceso de la cría, sino que lo que sabemos es gracias a una observación indirecta, ya que en esa zona en el único lugar en el que se han observado larvas de anguila”.

Las larvas pasan hasta un periodo de dos a tres años dejándose arrastrar por las corrientes constantes del Atlántico, en un viaje de más de 4.000 kilómetros en el que comienzan a transformarse, hasta que llegan a Europa en forma de angula, que es el estado alevín de la anguila.

Todo apunta a que los ejemplares macho se quedan en los estuarios de los ríos, mientras que las hembras remontan río arriba. En ambos casos las angulas se van desarrollando y convirtiéndose en anguilas, en un proceso que puede durar hasta dos décadas. Una vez que adquieren su madurez sexual, inician un proceso de metamorfosis que les permite pasar de un hábitat de agua dulce a uno de agua salada, para volver al mar. “Esta migración de retorno al Mar de los Sargazos es otro misterio, del que apenas se tiene información. Se desconoce cómo saben adónde tienen que volver, aunque sí se conoce que además de migrar hacia la zona de cría, se trata de una migración batimétrica, es decir, los ejemplares viajan de noche a unos 100 o 50 metros de profundidad, mientras que por el día bajan a aguas de hasta 300 o 400 metros”, narran. Al llegar a su destino, crían y mueren.

La tasa de supervivencia de esta especie es mínima. “No se conoce el dato exacto, pero si los salmones sobreviven tres de cada 1.000, en el caso de las angulas esta cifra es muchísimo menor. Es una lotería tremenda llegar a un río y vivir, por lo que la estrategia es producir millones y millones de huevos”, explican.

Visto el precio de estos ejemplares, se está tratando ahora de descubrir, principalmente en países asiáticos como Japón, cómo se produce el proceso de cría, ya que, “de conseguir reproducirlo en cautividad, se encontrarían con la gallina de los huevos de oro”, reconocen estas fuentes.