Zestoa -Hace un mes salió de su país y dejó atrás a sus hijos de dos y ocho años para intentar labrarse una vida en Gipuzkoa y ofrecer un futuro a sus pequeños. Se llama Danaysi Gámez, tiene 23 años, es la más joven del albergue de Zestoa y viene de Nicaragua.

Hace 30 días se bajó de un avión en Bilbao, y tras varios días en esa ciudad, recaló en Donostia, donde estuvo unos 12 días. Posteriormente, llegó a este piso de Zestoa de la asociación Malen Etxea, que le ha acogido hasta que encuentre trabajo. “Ahora estoy esperando a encontrar algo. Hemos ido a pegar papeles por todos lados, establecemos conversación con la gente para saber si saben de algo y vamos preguntando. Mi esperanza es trabajar pronto”, señala esta joven.

Danaysi Gámez quiere dejar claro que “solo” viene a trabajar. “No quiero nada más que un empleo. Me encantaría encontrar un trabajo donde respeten mis horas libres, mis fines de semana y mis 14 pagas”, dice esperanzada, aunque sabe que le va a costar mucho tener un empleo que cumpla estos requisitos.

Porque esta nicaragüense lo único que quiere es trabajar duro durante cuatro años para regresar con sus hijos. “Me hacen mucha falta. El grande cuando me fui me decía: No te vayas, no te vayas”, señala emocionada, acordándose de su hijo de ocho años al que tuvo cuando solo tenía 15 años. “Duele mucho dejar a los hijos”.

Pero recuerda que en Nicaragua la situación económica era muy difícil y la suya aún más al ser una madre tan joven. “Yo no pude ni terminar la universidad y ahora tengo que sacar a mis hijos adelante, porque vine para darles lo mejor”, asegura Gámez. - R.G.