El parpadeo misterioso de la Estrella de Tabby
Según la astróloga Tabetha Boyajian, es un 50% más grande que el Sol
Madrid. Más de un centenar de astrónomos profesionales y aficionados de todo el mundo han observado KIC 8462852, la misteriosa estrella cuyo brillo oscila inexplicablemente, y creen haber averiguado la causa. KIC 8462852, o Estrella de Tabby, por Tabetha Boyajian, la investigadora de la Universidad de Luisiana (EEUU) que lidera su estudio, es una estrella promedio, un 50% más grande que el Sol, 1.000 grados más caliente que nuestra estrella y situada a más de 1.000 años luz de distancia.
Sin embargo, inexplicablemente ha estado aumentando y disminuyendo de brillo de forma esporádica. Multitud de teorías y especulaciones de todo tipo se han formulado para explicar ese inusual patrón de luz de la estrella, incluida una megaestructura alienígena que orbitaría a su alrededor.
Según informa el Instituto de Astrofísica de Canarias, el misterio de la Estrella de Tabby, en la constelación del Cisne, ha obligado a que decenas de telescopios en todo el mundo la observaran durante 2017, incluyendo el Gran Telescopio Canarias (GTC), el telescopio Mercator, el Nordic Optical Telescope (NOT) y el Telescopio Nazionale Galileo (TNG), todos ellos en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma), y la red de telescopios del Observatorio de Las Cumbres (LCO), que incluye el telescopio de 0,4 m. de diámetro instalado en el Observatorio del Teide (Tenerife).
Como resultado, se ha obtenido un nuevo conjunto de datos presentados ayer en dos artículos: uno por el numeroso equipo que lidera Tabetha Boyajian, y otro por el que dirige Hans Deeg, investigador del IAC/ULL.
"Desde el descubrimiento de la Estrella de Tabby en datos que ya tienen más de cinco años, por fin estamos en condiciones de presentar nuevas ideas convincentes sobre la naturaleza de este extraño objeto", asegura Hans Deeg.
Los científicos han estado observando de cerca esta estrella con los telescopios del Observatorio de Las Cumbres desde marzo de 2016 hasta diciembre de 2017. En mayo del año pasado, mientras un equipo liderado por la investigadora del IAC Marian Martínez la observaba con el telescopio Mercator, la red LCO detectaba el comienzo de la atenuación de un 1% del brillo de la estrella durante unos días.
Posteriormente a estas observaciones, se inició un seguimiento de la estrella con espectroscopía de alta resolución con NOT y TNG y Mercator, involucrando a varios investigadores de materias tan diversas como la Física solar, la Física de estrellas masivas o los exoplanetas.
Es muy probable que el polvo sea la razón de que disminuya la luz de la estrella y luego vuelva a brillar. Los nuevos datos muestran que los distintos colores de la luz están siendo bloqueados de manera diferente. "Por lo tanto concluye Roi Alonso, investigador del IAC/ULL, lo que está pasando entre nosotros y la estrella no es opaco, como un planeta o una megaestructura alienígena". Europa Press