Los locos cacharros del 'TBO' hacen historia
Los grandes inventos protagonizan un divertido recopilatorio de 600 páginas
Donostia. Aunque no fue el creador de la sección más popular de la revista TBO, Los grandes inventos, el historietista y perito mecánico Ramón Sabatés y el profesor Franz de Copenhague han merecido convertirse en los auténticos protagonistas de este loco mundo que ahora es recopilado en una edición integral. Pese a que la sección nació en 1920 de la mano de Urda, es el trabajo de Sabatés desde 1943 a 1998 el que Ediciones B ha reunido en un tomo de lujo por considerar que se trataba de una cuestión de "justicia" el reconocer el trabajo del creador. Así lo afirma Manuel de Cos, el editor de una obra de más de 600 páginas en las que el lector podrá reencontrarse con estos inventos que, aunque en su mayoría parecían irrealizables, siempre eran garantía de risas.
l libro muestra en blanco y negro desde el primero de sus inventos (1943), un buen despertador que sustituye el estridente sonido por el golpe de un martillo de madera, o ya en color, un ingenioso sistema para beber mosto recién exprimido.
"Esta edición integral es un proyecto acariciado desde hace años, pero era muy complicado porque era necesario tener todos los inventos de Sabatés publicados en esta etapa. La colaboración del más grande coleccionista de TBO de España, Lluís Giralt, ha sido capital", cuenta de Cos.
Y lo ha sido porque Giralt fue el encargado de facilitar "casi todo el material", excepto las últimas (aproximadamente cien) páginas que se publicaron en Ediciones B en los años 90. A partir de aquí, explica el editor, y con la coordinación y creación de textos de Antoni Guiral, ha "podido ver la luz" el libro.
"Si contamos que el primer invento de Sabatés es de 1943, estaríamos hablando de más de setenta años, ahí es nada. El último que es de 1998 ya tiene casi veinte años. No han envejecido por algo evidente: Sabatés era ingeniero industrial, por lo que a su gran imaginación para crear inventos muy divertidos, hemos de añadir que siempre eran realizados con la intención de que pudiesen ser llevados a la práctica", puntualiza De Cos.
Según recuerda Antoni Guiral en el prólogo de la obra, los inventos de Sabatés, "factibles o no", tuvieron como principal objetivo "facilitar la vida cotidiana", aunque fuera "para situaciones anecdóticas. De hecho, sí que existe "al menos" un invento fabricado por el propio autor que puede verse en el Museo del Juguete de Catalunya, en Figueras: una máquina-guillotina para cortar las puntas de los puros. Un artilugio fabricado por Nit y que fue publicado en TBO en 1925. La sección nació en 1920 y pudo estar inspirada en otras existentes en el cómic de EEUU y Francia. Pero como la del TBO, ninguna.
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