pamplona - Antonio Manuel G.E., el guardia civil sevillano acusado junto a cuatro amigos de la violación en grupo de los pasados sanfermines, de la que hoy se cumple un aniversario de lo que nunca tenía que haber ocurrido, ha presentado su escrito de defensa de cara al juicio que en octubre le sentará en el banquillo de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial. En dicho escrito sorprende, por tratarse del primer reconocimiento de la comisión de un delito que realiza alguno de los procesados, que el propio agente viene a reconocer que fue el autor del robo del móvil que sufrió la víctima. Su letrado lo califica como delito de hurto. La Fiscalía lo tipifica como robo con intimidación y solicita dos años de cárcel solo por este delito. Además, pide 20 años y 10 meses más por la agresión y la grabación de los hechos.

En cuanto al resto de acusaciones que se le imputan tanto a él como al resto, Antonio Manuel G.E. sigue defendiendo su inocencia con los argumentos recurrentes que llevan utilizando desde hace un año. Nada nuevo que ya no se sepa. Así, aparte de reiterar que las relaciones fueron consentidas, el agente también dice que recibió igualmente consentimiento para grabar la presunta agresión en grupo que ellos definen como “relación”. Por ello se les acusa de violación y de un delito contra la intimidad. Por si acaso -aunque recuerda siempre que las imágenes las grabó con “el pleno conocimiento” de la denunciante, ya que “se realizaron de una forma evidente”-, también alega que “en ningún momento llegó a difundir esas imágenes y nunca tuvo intención de difundirlas”. El hecho de que no las difundió es cierto; su intención admite interpretaciones, pues de lo contrario, de no querer hacerlo, no se sabe a ciencia cierta para qué grabó y con qué fin otro procesado comunicó a un grupo de amigos por Whatsapp que había vídeos.

En cuanto al robo del teléfono móvil, en esta ocasión el abogado del guardia civil dice que, en un momento dado, Antonio Manuel aprovechó una “distracción de la chica para abrir su riñonera, la cual la había dejado en el suelo junto a otras pertenencias y hurtar un teléfono móvil que se encontraba en el suelo. - Enrique Conde