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Conmoción en Orduña por la fatídica muerte de Iván Fandiño

El doctor que atendió al diestro en la ambulancia aseguró que era “imposible” salvarle la vida

Conmoción en Orduña por la fatídica muerte de Iván Fandiñoefe

Orduña - Luto, dolor y consternación. Son los sentimientos que invadían ayer Orduña, ciudad natal del malogrado torero Iván Fandiño. La casualidad quiso que el fatal desenlace ocurriera la jornada anterior a la tradicional Feria Ganadera de San Juan, cuando la sociedad de txokos Olaran, organizadora del evento, estaba celebrando, como acto previo, un concurso de perros pastor. “Nos enteramos de la noticia sobre las 9 de la noche y fue un mazazo. Pensamos incluso en suspender la feria pero ya no había tiempo material”, lamentaba ayer el presidente, Iñaki Cuadra.

La programación se mantuvo tal y como estaba prevista pero, como homenaje al torero, la actividad se detuvo al mediodía durante cinco minutos “en señal de duelo y de respeto” y teniendo muy presente la estrecha vinculación de Fandiño con la popular cita ganadera. De hecho, en 2015, Olaran le concedió su máxima distinción, el Perretxiko de Plata, “porque, a pesar de que ya no vivía aquí, siempre hacía gala de ser orduñés” afirmó Cuadra. Ese mismo aspecto fue destacado por el Ayuntamiento de Orduña en un comunicado que emitió la misma noche del sábado expresando sus condolencias “de parte de la ciudadanía a la familia y amigos de Iván Fandiño, un urduñarra que nunca olvidó sus orígenes allá por donde la vida le llevó”.

Quienes le conocieron desde pequeño, como Javi Irabien, rememoraban ayer los primeros contactos de Fandiño con el mundo de las reses. “Con 13 o 14 años se iba a las fiestas de Laudio a correr los encierros sin que sus padres lo supieran”. También mencionaban sus grandes cualidades como txistulari. “Llegó a dar clases en la Aduana y también tocó como solista en un certamen de corales”, apuntó un afectado José Luis Viguri que además destacó su pasado como pelotari. “Podía haber llegado muy lejos pero le enganchó el toreo”.“Imposible” salvarle La mala suerte quiso que la cornada que recibió el sábado en las Landas fuese mortal de necesidad, según el jefe de servicios y portavoz del hospital Layné de Mont de Marsan (Aquitania), el profesor Poirier, que aseguró que era “imposible” salvar la vida del diestro. A falta del parte médico oficial, el doctor Poirier, que iba con el diestro en la ambulancia en el momento en el que se certificó su fallecimiento al no poder reanimarle de un segundo paro cardiaco, desveló que ni en la enfermería de la plaza ni en el hospital se hubiera podido hacer “nada” para salvarle la vida.

En declaraciones al diario Sud-Oest señaló que “el torero presentaba en el abdomen tres litros y medio de sangre negra, proveniente de las glándulas hepáticas, señal de que el hígado había reventado a causa de la cornada”.

“Cuanto entró a la enfermería ya lo hizo prácticamente sin pulso. Era imposible tomarle la tensión arterial de lo débil que la tenía. La muerte era instantánea. Era imposible hacer nada por él. Ni en la enfermería de la plaza ni en el hospital hubiera habido forma de salvarlo”, concluyó Poirier. Tras la cogida, Fandiño estuvo más de una hora en la enfermería y no fue trasladado al hospital hasta que finalizó la corrida. Durante ese tiempo, los doctores que le supervisaron en un primer momento, muy preocupados al no conocer el alcance de la cornada, decidieron sedarle. - Efe