París. La tumba de la actriz Romy Schneider, enterrada en el cementerio de Boissy sans Avoir, en la periferia sur de París, fue profanada con el levantamiento y el desplazamiento de la lápida, aunque no hay indicios de que haya sufrido saqueo.

Fuentes de la investigación citadas ayer por los medios locales señalaron que la profanación se produjo probablemente el pasado fin de semana. En concreto, se descubrió que la lápida ya no estaba sellada y que había sido movida de su ubicación original, aunque tras un primer examen no había señales de que faltara nada en su interior.

Romy Schneider, actriz nacida en Viena y nacionalizada francesa después de desarrollar buena parte de su carrera en Francia, fue siempre conocida como "la emperatriz del cine", por su papel en la trilogía sobre la emperatriz Isabel de Baviera, llamada popularmente Sissi.

Sissi, Sissi emperatriz y El destino de Sissi, fueron las tres películas que la alzaron al éxito, aunque también recibió el premio César a la mejor actriz en dos oportunidades, por sus interpretaciones en las películas Lo importante es amar (1976) y A Simple Story (1978).

Su vida estuvo marcada desde 1981 por la trágica muerte de su hijo David, cuando solo contaba con 14 años, al resbalar por las rejas de su casa y quedar atravesado entre ellas, perforándose los intestinos. La actriz jamás pudo recuperarse de semejante tragedia.

"En la vida no puedo nada, pero todo en la pantalla", dijo una vez Schneider sobre sí misma. Murió a la edad de 43 años. La causa oficial de su muerte fue una parada cardiorrespiratoria. Como no se practicó la autopsia nunca se supo si murió producto de una crisis cardíaca o de un suicidio con una mezcla de alcohol y barbitúricos.

La película Lilas blancas fue su debut en las pantallas, junto a su madre la alemana, Magda Schneider, cuando solo contaba con 15 años. Después de esta primera toma de contacto, tomó el apellido de su madre y cambió su nombre de nacimiento Rose Marie Magdalena Albach-Retty por el de Romy Schneider. Las películas que interpretó en años posteriores fueron de corte romántico, todas ellas ambientadas en la Viena imperial.

Se enamoró perdidamente del actor francés Alain Delon, el gran amor de su vida, y se fue a vivir a París. Allí dejó atrás la inocencia juvenil de sus principios y se convirtió en una femme fatale. Acudía a galas y bailes, llevaba Chanel y se maquillaba los ojos de negro. Su imagen de Sissi acabó ahí. "Quiero ser francesa del todo, en la forma en la que vivo, amo, duermo y me visto", declaró a los periodistas.

Tras una relación tormentosa de cinco años, el playboy Alain Delon abandonó a Romy, quien ante este hecho, se cortó las venas, pudiendo ser llevada a tiempo al hospital. Posteriormente se casó con el actor y director alemán Harry Meyen del que se divorció. A los años contrajo matrimonio con su secretario Daniel Biasini, 11 años más joven que la actriz. Efe