Lekunberri - Corre el año 1918 cuando la tranquilidad del hotel Ayestarán de Lekunberri se ve rota por un terrible suceso. Detrás hay una trama llena de celos, amores prohibidos, envidias, secretos e intrigas que deberán desvelar 22 personas el próximo fin de semana. Se trata de Misterio en el Ayestarán, una divertida y emocionante partida de Cluedo de carne y hueso en la que los huéspedes de este hotel se convertirán en intrépidos investigadores privados.
Aficionada a las novelas de misterio desde niña, Mª Jesús Ayestarán pensó hace cinco años en organizar una actividad diferente en este centenario hotel, una propuesta para atraer clientes en temporada baja. Lo cierto es que el escenario era el ideal, un caserón que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. A ello había que sumar que contaban con vestuario de época, confeccionado para las celebraciones del centenario en 2012, y que la gerente, tercera generación al frente del hotel Ayestarán, formaba parte del grupo de teatro de Lekunberri.
La idea gustó y siete entusiastas se apuntaron a la aventura. Son Vega Botello, Natalia Azcona, Jesús Rodríguez, Ainhoa Izu, Mariano Zubiria, Juana Mari Hernandorena y Aner Ansorena. Este último ha sido sustituido por Fernando Lozano, que ha pasado de espectador a actor. "Participé el primer año. Era un regalo de cumpleaños y vine con mi mujer. Nunca había visto nada parecido", recuerda. "Durmió vestido esperando cosas", apunta Vega Botello.
Y es que cuando cae la noche y con la oscuridad como aliada, pasan cosas "muy raras", como dicen los actores de este teatro rodeado de misterio y juego sobre un texto de Mikel Mikeo en el que los huéspedes-investigadores son testigos de una sutil lucha entre Augusta, la heredera del hotel, y Remedios, la siniestra y eficaz ama de llaves. Tampoco deben perder de vista a las camareras, Carmencita y Elisita. Juliana, la cocinera, también es una mujer de cuidado, al igual que Rosendo, el jardinero y chico para todo. Mientras, un pusilánime doctor bebe para olvidar. Detrás de todo está don Jacinto, que guía a los participantes en un laberíntico fin de semana en el que no hay tregua.
El viaje al pasado es total, con mobiliario y objetos rescatados del desván que cambian por unos días la atmósfera del hotel. Incluso el personal de verdad se viste de época.
Los huéspedes-investigadores tendrán que buscar pistas, realizar interrogatorios, sospechando de todos y confiando en ninguno... Lo cierto es que todo el mundo sale encantado de esta experiencia, con ganas de repetir. Pero para ello tendrán que preparar otra intriga. "Mucha gente viene recomendada por personas que han participado durante estos años. Es de agradecer que nadie dé pistas sobre el misterio ni que cuelguen fotos", destaca Mª Jesús Ayestarán.