donostia - El cadáver de Ainara Nazabal, la urretxuarra de 38 años cuya desaparición fue denunciada ante la Ertzaintza ayer por la mañana, fue hallado hacia las siete de la tarde por un equipo de buzos de la Ertzaintza en el embalse de Barrendiola, en Legazpi.
El cuerpo sin vida de la mujer, que no presentaba signos de violencia, se encontraba sumergido en este pequeño pantano. Los servicios de rescate centraron la búsqueda allí por la tarde, cerca del barrio de Brinkola, después de que hacia las 17.00 horas su coche, un Peugeot 206 blanco, fuese hallado en las inmediaciones.
Su desaparición causó una gran preocupación en Goierri y Urola Garaia, especialmente en localidades como Urretxu, Gabiria, Ormaiztegi y Olaberria, con las que tenía vínculos. La mujer era natural de Urretxu, donde residía, aunque también tenía una vivienda en el barrio de Alegia, en el término municipal de Gabiria, donde era socia de la sociedad; y trabajaba en una empresa de Ormaiztegi, a la que no acudió ayer por la mañana.
La noticia de su desaparición saltó a los medios de comunicación a última hora de la mañana, después de que la familia denunciase su desaparición. Se desató una intensa actividad a través de las redes sociales para tratar de dar con pistas sobre su paradero, distribuyendo una foto de la urretxuarra y datos sobre su vehículo. La denuncia se produjo justo un día después de la desaparición, esta vez con final feliz, de un joven de 16 años el martes en Hondarribia, que fue hallado finalmente en Etxalar, Navarra, tras haberse fugado en el primer día de instituto.
El caso de Ainara fue distinto. Amigos y familiares participaron en su búsqueda de forma activa hasta que a primera hora de la tarde se dio con su coche en las inmediaciones del embalse. La fatal noticia se confirmó minutos antes de las 19.00 horas. La principal hipotesis apunta hacia el suicidio, a la espera de la autopsia. -N.G.