donostia - Gehitu, la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco, reclamó ayer una ley estatal que reconozca la expresión de género como “un derecho propio” para que las personas del colectivo LGTB no sean más o menos afortunadas en función de las leyes autonómicas de donde habiten. Además, criticó el persistente prejuicio sexual que se cierne sobre el colectivo, que todavía no está “digerido a nivel afectivo” y sufre acoso. Sin ir más lejos, recordó el atentado perpetrado en la discoteca Pulse, en Orlando el 12 de este mes, donde unas 50 personas LGTB fallecieron.
Sin embargo, en el Día Internacional del Orgullo LGTB, que se celebra hoy, la asociación también tiene muchos hitos que festejar conseguidos durante los últimos 20 años. Jesús Estomba, miembro de la asociación y coordinador del programa Berdindu, explicó ayer que Gehitu surgió de la necesidad del colectivo de relacionarse entre sí, de generar iniciativas para la aceptación de la diversidad sexual, y para guiar y facilitar el camino a las generaciones venideras.
El arranque “fue duro”, y pensar en matrimonio era “una utopía”. No obstante, con el esfuerzo y la colaboración de las instituciones públicas, en 2003 comenzó la aceptación jurídica del colectivo que, en un “efecto dominó” se ha ido dilatando hasta estos días. En aquel año, apareció la Ley Reguladora de Parejas de Hecho, que reconocía la unión de dos personas del mismo sexo. En 2005, se marcó el punto de inflexión con la modificación del Código Penal que permitió el matrimonio igualitario en todo el Estado. En 2007, la Ley de Modificación Registral hizo posible que las personas transexuales pudieran realizar cambios en su documentación sin necesidad de intervenciones quirúrgicas, lo que hasta entonces era un requisito. Además, en 2012, se aprobó en Euskadi una Ley Integral de Transexualidad, que recogía todos aquellos aspectos que atañen a estas personas, como el ámbito sanitario, o el educativo, entre otros.
27 agresiones en 2015 En la CAV, “no nos podemos quejar, pero aún no hemos llegado a la meta”, defendió Estomba. Y es que el prejuicio sexual todavía está vivo. De hecho, comentó que, según un informe del Ministerio del Interior, en 2015 se dieron 27 casos de agresión relacionados con la orientación sexual o identidad de género en Euskadi.
Otro de sus retos más destacados es “la despatologización de la realidad transexual”. A día de hoy, en algunos libros psiquiátricos se establece esta situación como una enfermedad, tal y como sucedía con la homosexualidad hasta los años 90. Asimismo, la “invisibilidad lésbica” es otra de las líneas sobre las que Gehitu considera que hay que trabajar, ya que la mujer lesbiana, sobre todo en ámbitos públicos, “brilla por su ausencia”.
La educación y el terreno deportivo son planos en los que los comportamientos homófobos son abundantes. “A través de una investigación anual que hacemos en Gehitu en algunos centros escolares, vimos que 8 de cada 10 chavales afirman haber visto malos comportamientos y son actitudes que hacen mucho daño internamente”, relató. Y en los deportes “se supone que nadie es LGTB y uno se puede permitir el lujo de llamar a cualquiera maricón”, criticó Estomba, que también informó de que Gehitu ha llevado a cabo la campaña Liga Arcoiris en la que participaron la Real Sociedad y el Eibar.
En el plano internacional, reivindicó el suceso de Orlando y la “escalada globalizada” que tienen las políticas homófobas. Según el ILGA, que es la entidad internacional que trabaja por los derechos del colectivo LGTB, “ 78 países todavía penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y hasta 8 países todavía contemplan la pena de muerte”, lamentó.
Para “no bajar la guardia”, Gehitu se unirá esta tarde a las 19.30 horas a la manifestación convocada por el Día del Orgullo LGTB que partirá desde el Boulevard de Donostia.