en Agurain, la actividad era frenética. Apenas faltaban unos minutos para las 10.00 horas y los voluntarios de la Cruz Roja se afanaban en poner en marcha el puesto de asistencia mientras los hinchables de las marcas comerciales que patrocinaban el Araba Euskaraz luchaban por mantener la verticalidad. Era el momento cumbre, a un instante de dar el pistoletazo de salida a la fiesta de las ikastolas alavesas, que ayer fue capaz de transformar Agurain en sede del compromiso por el euskera. Miles de euskaltzales llegaron a la villa de la Llanada para acompañar a Lautada Ikastola, anfitriona del evento, en uno de sus días más grandes. El centro educativo abrió sus puertas en el curso 2009-2010 y estos días finalizan sus clases y comienzan las vacaciones de los 250 alumnos de 0 a 16 años que llenan sus aulas. Todos ellos, alumnos, padres, voluntarios y visitantes contribuyeron a añadir color y calor a las cuatro áreas organizadas con la mejor música, una variedad desorbitante de juegos para los más pequeños, la tradición más conocida y el sentimiento más comprometido.

Salvatierra se llenó en su segundo Araba Euskaraz en apenas seis años. En esta ocasión, el día amaneció tristón, pero la apuesta por el euskera obró el milagro. En apenas unas horas, hasta el sol, afectado por una timidez recalcitrante durante la última semana larga, llegó a salir para bendecir con su presencia la nueva edición de la fiesta de la Federación de Ikastolas en el territorio histórico.

Todo un año de trabajo se completó como se había previsto, incluidas las canciones interpretadas por la coral de Agurain o las piezas al piano interpretadas por una joven estudiante del pueblo. Fueron pequeñas pinceladas de una jornada marcada por un lema que lo dice todo: Geroari begira (Mirando al futuro).

Una txaranga dio la bienvenida a las autoridades a la entrada de Agurain y condujo a la comitiva a través de un amplio recorrido. Esa era la parte oficial. La menos encorsetada, protagonizada por las más jóvenes, se distribuyó en cuadrillas bien pertrechadas con todo tipo de bebidas y licores para hacer frente a una jornada de fiesta mayor.

Mientras se llevaba a cabo el recorrido comenzaron a trabajar los diferentes equipos inscritos en Erronka. Rocoescalada, tirolinas, carreras, equilibrio sobre cuerda... El campo de competiciones se dotó de un escenario con payasos, de una carpa con pintacaras y actividades plásticas, de una gran cantidad de hinchables y de muchos espacio donde correr sin peligro. Y al lado, el frontón, donde se celebraba el torneo Interpueblos, mientras que en el Casco Histórico tenía lugar el acto del traspaso del testigo del Araba Euskaraz, que en 2017 lo tendrá que organizar Bastida Ikastola, de Labastida. Recogió el encargo el director del citado centro, Ketxu Bedialauneta, de la mano de Txus Rodríguez. También se homenajeó al euskaltegi de AEK de Agurain por la labor que ha hecho durante años en el proceso de euskaldunización de adultos.

Entre los muchos niños que acudieron a la cita por el euskera, Igor, un chaval de Vitoria, de 11 años, relataba que “me gusta estar en la ikastola, porque no sólo estudiamos en euskera, también aprendemos castellano, inglés y otras muchas cosas, porque se organizan muchas actividades para nosotros”. A su lado, Itziar, de 12 años, asentía.

Todo ello se aderezó con el ambiente propio de una feria, con distintos puestos dotados con todos aquellos productos que hacen de una jornada como la de ayer la más tradicional de las fiestas.