zizurkil - Gipuzkoa refuerza la apuesta por la calidad de su ganado bovino mediante un programa sanitario voluntario que vigila cuatro de sus enfermedades más frecuentes. Hasta ahora, la Unión Europea exigía revisar cuatro patologías de estos animales en un control ordinario. No obstante, Gipuzkoa ha ampliado los exámenes con cuatro enfermedades más, de forma que los ganaderos pueden asegurar que sus vacas están libres de un total de ocho patologías.

Este control ampliado, que comenzó a realizarse en 2015, ha triplicado el número de cabezas de ganado examinado de un año para otro. Mientras en 2015 fueron 3.463 los animales analizados procedentes de 53 explotaciones, en esta campaña la cifra asciende a 9.000 de 131 ganaderos. La estimación total de vacas en Gipuzkoa es de 45.000 ejemplares.

La Unión Europea, desde hace ya años, estableció el control obligatorio de las cuatro enfermedades más frecuentes en este tipo de ganado, ya que pueden ser contagiadas al ser humano: Brucelosis, Leucosis, Perineumonia y Tuberculosis. El Laboratorio Agroambiental Fraisoro, ubicado en Zizurkil, era el encargado de realizar estos análisis reglamentarios. No obstante, el año pasado, todos los agentes implicados en este sector -el Servicio de Ganadería de la Diputación Foral de Gipuzkoa, las asociaciones de ganaderos y veterinarios y el propio laboratorio- se reunieron para apostar por el ganado bovino ampliando la oferta de análisis.

Entre todos decidieron crear un nuevo programa voluntario que, gracias a la colaboración y el compromiso de todas las partes, trata de detectar cuatro patologías más: Rinotraqueitis Bovina Infecciosa (IBR), la Diarrea Vírica Bovina (BVD), la Neosporosis y la Paratuberculosis.

Según informa Nagore Berano, responsable técnica del Área de Sanidad Animal de Fraisoro, estas afecciones provocan en las reses problemas respiratorios, diarrea, abortos e infecciones, respectivamente, lo que resulta “poco productivo” para los ganaderos. De hecho, si “una vaca está para producir leche y terneros, cuando aborta, además de que no da leche, genera una gran pérdida a su propietario”, completa Domingo Merino, director del laboratorio de Zizurkil.

Los objetivos de dicho plan son “la optimización sanitaria de las explotaciones” frente a estas enfermedades y la creación de “un reconocimiento administrativo” que acredite que una explotación está “libre” de estas patologías, explica Berano.

Por su parte, Merino añade que este programa supone “un plus de calidad” para el ganadero que lo supera, lo que se traduce en un valor añadido a la hora de vender su ganado.

Este programa voluntario tiene un coste de 450.000 euros anuales, de los cuales el 85% es financiado por la Diputación, y el 15% restante, por los ganaderos.

Este nuevo examen debe realizarse una vez al año y si alguno de los resultados da positivo, el veterinario responsable de la explotación indica unas medidas correctoras para que al año siguiente disminuya el número de positivos, o incluso desaparezca. De esta forma, cuando una ganadería entra en el programa “se compromete a hacer un trabajo a cambio de estas analíticas”. Entre los trabajos a ejecutar, se encuentra la retirada paulatina de los animales enfermos, detalla Berano, aunque las medidas dependen de cada enfermedad. Por el contrario, si una ganadería consigue que todos sus animales den negativo durante varios años seguidos, significaría que está “libre” de estas enfermedades y la periodicidad del examen cambiaría.

seis días por muestra Cada semana, este laboratorio, avalado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), recibe entre 2.000 y 2.500 muestras de sangre bovina distintas. Para hallar positivos en estas seis enfermedades se tarda alrededor de seis días “teniendo en cuenta el fin de semana; mientras que en la campaña oficial tardamos dos días”, detalla la responsable, y admite que encuentran algunos resultados positivos en todos los casos. Aún así, Merino asegura que “la cabaña de Gipuzkoa está muy sana, está más controlada que nunca, y esto se hace para dar un plus de calidad”.