Bilbao-Esta es la rocambolesca historia de un alijo de 43 kilos de angulas vivas (anguilla anguilla) que tras viajar de contrabando de Loiu a París y de nuevo, por un error, regresar a Loiu, acabó siendo detectado y confiscado por agentes de la Guardia civil y de la Agencia Tributaria. Desde allí fue remitido finalmente al Aquarium de Donostia para su custodia, conservación y preservación de las valiosas crías de anguila.

Todo empezó a primera hora de la mañana del 19 de febrero, cuando dos ciudadanos chinos, tal vez un tanto nerviosos, consignaron el aeropuerto de Loiu cinco maletas aparentemente normales con destino a París. La casualidad o tal vez la mala suerte, hizo que el vuelo llegara al aeropuerto Charles de Gaulle con ligero retraso, cuando ya la conexión para Shangai (China) había despegado.La contrariedad de los dos contrabandistas fue manifiesta, decidiendo finalmente para bien de su preciada mercancía regresar de nuevo a Bilbao. Así lo hicieron sin sufrir ningún nuevo percance o eso creían. Al llegar a Loiu comprobaron que sólo habían sido embarcadas cuatro maletas. La quinta se había extraviado. Al ir a denunciar su pérdida, los agentes sospecharon que trasnsportaban algo raro en aquellas valijas. Posible porque se empezaba a filtrar algún hilo de agua. En la inspección visual los agentes detectaron unos tubos extraños, con su sorprendente contenido. Fue el principio del fin. Decididamente los dos frustrados contrabandistas no habían tenido su día. La mercancia oculta en las cuatro maletas, eran angulas vivas. En cada valija había 12 bolsas de plástico rellenas de agua y angulas, así como dos botellas de plástico con hielo y sal, al objeto de mantener las condiciones necesarias para la supervivencia de las crías hasta su destino.El hallazgo fue realizado, según informó ayer el Ministerio del Interior en un comunicado, en dos intervenciones distintas llevadas a cabo los días 19 y 22 de febrero en el aeropuerto de Bilbao.El 19 de febrero se incuataron un total de 34, 3 kilos de angulas. Levantada la consiguiente denuncia, los agentes de aduanas imputaron a los dos ciudadanos chinos un delito de contrabando.

El 22 de febrero, tres días después del primer decomiso, llegó a Loiu, como equipaje extraviado, una quinta maleta propiedad de los citados ciudadanos chinos. La maleta de formato similar a las anteriores fue interceptada inmediatamente por la Guardia Civil que al abrirla halló en su interior otras 12 bolsas iguales a las de la incautación inicial del 19 de febrero.