Hablamos de Ka-Fuh Fragancias, un establecimiento que ofrece un amplísimo abanico de aromas para todas las estancias: hogares, oficinas, coches, tiendas, etc. Un sector muy peculiar en el que sus propietarios llevan trabajando con éxito más de 20 años. Son Andrés Almeida y Lucía del Castillo, dos profesionales que durante las últimas dos décadas han capitaneado la tienda Natura, pionera en la ciudad en el mundo del incienso y los aromas.
La experiencia adquirida a lo largo de todos esos años les animó a lanzarse con Ka-Fuh cuando cerraron las puertas de Natura; y en menos de un año, han conseguido crear una fiel cartera de clientes que confían en su saber hacer a la hora de escoger los aromas.
Ka-Fuh cuenta con una amplísima oferta de olores. Las opciones más clásicas van desde los inciensos de todo tipo, incluidos los japoneses -muy conocidos por no producir humo-, hasta las famosas bolas de olor para el coche, pasando por infinidad de velas aromáticas -con sus instrucciones de buen uso y primer encendido- y mikados o difusores con decenas de aromas entre los que elegir. Quizás una de las claves del éxito es que explican cada producto al detalle, descubriendo cosas que jamás imaginaríamos sobre este tipo de productos y sobre todo, ampliando el conocimiento de los clientes respecto el mundo de los aromas que, por lo general, está muy inexplorado.
Además de este tipo de productos, más conocidos, cuentan también con algunos otros que son bastante más curiosos. Es el caso de la Lampe Berger, Lámpara Berger, que cumple tres funciones: sanea el entorno eliminando olores indeseados, perfuma y decora. En 1898 un auxiliar de laboratorio, Maurice Berger, creó ésta lámpara para higienizar el ambiente de los hospitales de la época, eliminando bacterias e impurezas. Hacia 1907 la Lampe Berger se extiende al ámbito privado de los hogares como purificador, y hacia 1930 se le añade el componente del perfume, comenzando a convertirse también en una pieza de decoración y colección. Es un producto único, elegante y que por supuesto viene acompañado de sus instrucciones, para hacer un buen uso del producto y que dure mucho más tiempo.
Digno de mención es también el Papier d’Arménieun, Papel de Armenia, un absorbe-olores y ambientador natural del aire, que también tiene su pequeña historia. El químico francés Auguste Ponsot en un viaje a Armenia descubrió el benjuí, un tipo de resina ambarina utilizada para purificar y perfumar las casas. Al regresar a Francia, junto a un farmacéutico consiguió una combinación aromática para dar a conocer el uso del benjuí en soporte de papel. Su elaboración previa es de seis meses y la forma se asemeja a un librito triple de 36 tiras de papel. Es un absorbe-olores ecológico que ayuda a purificar el aire de las casas.
Además, cuentan también con otra línea, dedicada a la higiene corporal, en la que destaca el Jabón de Alepo, un jabón vegetal de aceites de oliva y laurel conocido por ser el antepasado del de Marsella y el primer jabón sólido del mundo. Se elabora artesanalmente desde hace más de 200 años en Alepo, al norte de Siria y el método se ha transmitido de generación a generación hasta nuestros días, manteniéndose exactamente igual que en sus origines. No tiene colorantes, ni conservantes, ni perfumes o químicos y es útil para todo tipo de pieles. En especial, para las sensibles o las que tienen problemas de psoriasis, dermatitis, acné, etc. Es antiséptico, antiinflamatorio y antioxidante y se puede usar para todo el cuerpo, incluso como champú o espuma de afeitar.
Un mundo de aromas y olores por descubrir que ahora también está en pleno centro donostiarra.