Este servicio está operativo durante todos los fines de semana y festivos del año, de 9 a 21 horas. Quien necesite realizar una consulta o la intervención de un dentista solo necesitará llamar al número de teléfono 943 29 02 04 y la centralita virtual desviará la llamada a la clínica de servicio ese día. En estos momentos hay 17 clínicas inscritas, que se van turnando para ofrecer el servicio.

El sistema de funcionamiento es sencillo; los dentistas de guardia se comprometen a estar en un radio cercano a su clínica, para poder estar en ella en menos de una hora en caso de recibir una solicitud.

Pese a las ventajas de la propuesta, aún es poco conocido por la población guipuzcoana. En los 23 meses que lleva la iniciativa en marcha, se han realizado dos repartos de folletos explicativos a través de todas las farmacias guipuzcoanas, gracias a la colaboración desinteresada de este colectivo. Y en breve se realizará una tercera tirada para seguir informando sobre la existencia de un servicio de urgencias odontológicas.

Del éxito de la iniciativa da buena muestra el hecho de que llegan a las clínicas dentales de guardia pacientes de otras provincias, que encuentran el teléfono por Internet y no dudan en desplazarse para solucionar su problema. Incluso se han atendido llamadas de personas que llamaban desde Alicante, Zaragoza, Sevilla o Murcia, que pese a la distancia no han encontrado una opción mejor.

Entre los usuarios del sistema, se da una amplia casuística, aunque en bastantes ocasiones se trataba de casos de fuerte dolor o de rotura de piezas dentales por traumatismo. También ha sido frecuente la atención a pacientes en la víspera de un evento en el que debían tomar parte, como una boda, por lo que la intervención del dentista de guardia ha sido fundamental para que pudiera disfrutar de la celebración.

Dentro del amplio anecdotario, ha habido dentistas de guardia que han atendido a cantantes que debían actuar al día siguiente en el Festival de Jazz, y que de lo contrario hubieran tenido que suspender la actuación.

En cuanto a los precios, el Colegio de Dentistas no fija ninguna tarifa, ya que legalmente no puede hacerlo, por lo que es cada clínica la que decide sus condiciones con total libertad.

La experiencia de las 17 clínicas que se han sumado a la iniciativa, y que van rotando sus turnos, coincide en destacar que se trata de un servicio que responde a una necesidad de muchos pacientes, que sufren en días festivos un problema que no saben cómo atajar.

Algunos profesionales han alertado de que algunas personas, tras contactar telefónicamente y solicitar tratamiento, finalmente no han acudido a la consulta, con la consiguiente pérdida de tiempo para el dentista que se había desplazado a su clínica. Pese a que estos casos son los menos, los profesionales lamentan el trastorno y la falta de respeto que suponen. Entre las dudas más habituales destaca el coste, ya que hay quien tiene conocimiento del servicio pero supone que lo presta Osakidetza y es gratuito. En todo caso, la ley impide a los colegios profesionales fijar tarifas, por lo que corresponde a cada dentista de guardia valorar el costo de esa asistencia. Y será el paciente quien decida si le interesa o no.

La opinión recabada entre las personas que acaban acudiendo a las clínicas es también muy positiva, ya que valoran especialmente que hayan podido solventar su problema con rapidez y profesionalidad y fuera de la jornada laborable.