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La joven que denunció ser violada en 2008 en Igeldo se ratifica en el juicio, aunque sin recordar los detalles

El acusado niega los hechos y rechaza incluso haber coincidido físicamente alguna vez con la víctima

donostia - La joven que denunció haber sido violada en el monte Igeldo en junio de 2008, cuando era menor de edad, ratificó ayer que fue agredida sexualmente por el hombre que está siendo juzgado por estos hechos aunque, siete años después de lo sucedido, no pudo ofrecer algunos detalles concretos del incidente. El testimonio de esta joven, que declaró por videoconferencia interna notablemente nerviosa y afectada por los hechos, constituye la principal prueba de cargo contra el imputado, que niega los hechos y rechaza incluso haber coincidido físicamente alguna vez con la víctima.

Este hombre se enfrenta a una petición de quince años y medio de cárcel por parte de la Fiscalía, que le imputa un delito de violación y otros tres de corrupción de menores para la elaboración de material pornográfico por fotografiar a otras tres chicas en actitudes de contenido sexual, dos de ellas mientras mantenían relaciones consentidas con él y una tercera a través de Internet.

Se da la circunstancia de que ninguna de las presuntas víctimas presentó acusación particular por estos hechos y que la joven presuntamente violada no denunció la agresión hasta tres meses más tarde, porque inicialmente decidió “no contar nada”, si bien finalmente relató lo sucedido a su novio que puso los hechos en conocimiento de su familia y finalmente presentó la denuncia. Durante su comparecencia de ayer, la víctima de la agresión sexual confirmó que fue violada por el encausado, aunque respondió dubitativa y con un “no me acuerdo” a numerosas preguntas del fiscal y del abogado de la defensa. De esta manera, la joven relató que conoció al encausado a través de Internet cuando ella tenía unos 13 años y comentó que en un primer momento el hombre le dijo que él tenía 17.

Según su testimonio, tras varias conversaciones por medio de Internet, ambos quedaron para dar un paseo en la Semana Santa de 2008 y posteriormente, en junio de ese mismo año, fueron en coche a Igeldo. La chica indicó que entonces ya sabía que el procesado era mayor de edad, si bien para ese momento ella ya se encontraba “bastante engañada” por el encausado.

Explicó que, una vez en el citado monte donostiarra, el acusado intentó besarla pero ella lo rechazó y entonces inició la agresión sexual en un contexto que la chica no pudo describir con nitidez porque, según dijo, se encontraba “muy nerviosa”, aunque precisó que se resistió, gritó y logró quitarse al hombre de encima. La joven confirmó que la violación tuvo lugar, aunque no ofreció concreción. “Sí hubo contacto, pero no sé hasta qué punto porque fue justo en ese momento cuando yo conseguí desprenderme de él”, indicó, al tiempo que se justificó por no saber “explicarlo”, ya que fue “una situación en la que uno no es consciente exactamente”.

A preguntas de la defensa, manifestó que, a pesar de saber kárate e incluso haber sido campeona de su edad en algunos campeonatos de esta disciplina, no utilizó sus conocimientos de las artes marciales para repeler la agresión. Tras el incidente, se marchó corriendo a casa de su prima porque “no quería contar nada” a sus padres, y aprovechó para recomponerse y regresar a su propio domicilio “de manera normal” porque su intención era no contarlo “nunca”.

ella le avisó Recordó que, una vez formalizada la denuncia, la Ertzaintza montó un dispositivo de vigilancia en el Boulevard de Donostia para intentar capturar al presunto agresor, aunque la operación no tuvo éxito porque ella misma alertó telefónicamente al acusado, acción que ayer justificó por el “miedo” que sentía.

En otro momento del juicio declaró la prima de la víctima, que dijo no recordar que su allegada acudiera a su casa aquel día para asearse, si bien advirtió de que no se enteró de la agresión que supuestamente sufrió hasta que ella lo denunció.

El novio de la víctima justificó las reticencias de la chica a denunciar porque, según sus sensaciones, la joven se sentía “culpable” y creía haber hecho “algo mal” por desatender las recomendaciones que se suelen dar a los menores en torno a los desconocidos.

En la vista también declararon dos mujeres que aseguraron que la tarde en la que supuestamente sucedió la agresión, el inculpado estuvo en su casa viendo un partido de fútbol y no se marchó hasta que concluyó el encuentro. Hoy continuará la vista con la declaración de varios peritos. - Efe