La elgoibartarra Maier Gurrutxaga tenía 25 años cuando dio a luz a la pequeña Itxaso. El parto fue “normal” pero al poco tiempo Maier y su entorno empezaron a percatarse de que algo no iba bien. Sus sospechas no tardaron en confirmarse. Apenas habían transcurrido cuatro meses del nacimiento de Itxaso cuando los médicos le diagnosticaron “algún tipo de insuficiencia neurológica”. No sabían con certeza (y a día de hoy siguen sin saberlo) cuál era la enfermedad concreta a la que se estaban enfrentando; pero lo que sí parecía evidente es que iba a impedir que la pequeña pudiera hablar, caminar o realizar la práctica totalidad de las actividades que forman parte del proceso de aprendizaje natural de las personas consideradas normales.
Sin embargo, Maier no tuvo dudas y, en vez de quedarse con los brazos cruzados y lamentándose de la situación que le había tocado, decidió hacer frente a las dificultades y explorar todas las opciones existentes para intentar conseguir la mejor calidad de vida posible para su hija.
Con el respaldo incondicional de sus allegados, esta madre coraje visitó a todos los especialistas y centros médicos de los que tuvo conocimiento; al mismo tiempo que iba fraguando con su hija una relación de complicidad que a día de hoy, cuando Itxaso ya ha cumplido los 17 años de edad, les permite entenderse a la perfección.
Maier no necesita que su hija hable para saber cómo está o qué necesita en cada momento. El suyo es un lenguaje especial. Un gesto, una mirada o un sonido es suficiente para que tanto Maier como su entorno sepan lo que demanda Itxaso que, asimismo, “entiende lo que oye porque si escucha algo que no le gusta se pone seria”.
Y es que, según cuentan los propios abuelos maternos de Itxaso, la joven “en cierto modo es muy independiente y cuando algo no le agrada, como las multitudes, protesta”. También se le nota cuando está a gusto y contenta, como “cuando la llevan a la piscina a hacer ejercicios de estimulación, cuando está en la bañera o cuando le llenan las manos de pintura para que pinte sobre un papel”.
También disfruta de lo lindo con los dulces porque “aunque tiene que comer de manera equilibrada para que su organismo no se resienta, en alguna ocasión le damos alguna carolina -pastel de merengue- y si por ella fuera se comería una docena”.
Maier no tiene dudas de que su hija “es muy feliz”. Más aún, asegura que Itxaso “nos ha enseñado mucho y nos ha hecho muy felices”. Y todo ello, a pesar de haber tenido que enfrentarse a una dura realidad que a partir de ahora podrá conocer la ciudadanía vasca. Y es que la vida de Itxaso y de su entorno ha sido recogida en el documental Itsasoari begira, dirigido por la periodista elgoibartarra Lorea Pérez de Albéniz.
Sin dramatismos Corría el año 2010 cuando Lorea propuso a Maier llevar a la gran pantalla la vida de Itxaso y su día a día. La idea era “hacer un trabajo alejado de dramatismos y encaminado a sensibilizar a la sociedad sobre la realidad de una niña con disfuncionalidad neurológica”; una enfermedad que “pasa desapercibida para miles de personas pero toca de cerca a cientos de familias vascas”.
La primera respuesta que le vino a Maier a la cabeza fue que no “pero luego miré a Itxaso y pensé que tenía que aceptar la propuesta para que la gente conozca la realidad que rodea a personas diferentes como ella”.
Así, Pérez de Albeniz preparó el guion y gracias a las aportaciones de numerosos ciudadanos y de algunas instituciones en 2012, empezó a realizar las primeras grabaciones de un proyecto que recoge “en clave positiva y de una manera amena y entretenida” la realidad de esos niños.
Las dificultades para lograr financiación demoraron la finalización del documental más de lo previsto, pero la implicación del Ayuntamiento de Elgoibar ha permitido que sea una realidad. El Herriko Antzokia acogerá a las 20.30 horas de hoy el estreno de Itsasoari begira (las invitaciones se pueden retirar en la oficina de atención a la ciudadanía y en la taquilla del cine); un trabajo que recoge las vivencias y sentimientos de la familia de Itxaso, entrevistas a amigos y familiares, testimonios de varios niños que hablan espontáneamente sobre las personas con discapacidad...
Y es que, Itsasoari begira, que en adelante se proyectará en diversas localidades vascas “y a ser posible en ETB”, es una historia de amor, coraje y valentía protagonizada por Itxaso; una joven con nombre de mar pero que, como dice su familia, “casi siempre mira al cielo”.