Del sol y la lluvia a las alertas meteorológicas
Euskalmet inicia la celebración de sus 25 años de vida con diversos actos, bajo el lema ‘compartiendo el tiempo’
El 5 de junio de 1990 un decreto del Gobierno Vasco creaba la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet. Un cuarto de siglo después, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, abrió ayer en el Aquarium de Donostia, y coincidiendo con el Día Internacional de la Meteorología, la “puerta de entrada” de la conmemoración del 25º aniversario de Euskalmet que se desarrollará a partir del 5 de junio. Durante el acto, Beltrán de Heredia abogó por profundizar en la “socialización” de los contenidos de la Agencia Vasca de Meteorología, una labor en la que ya trabaja mediante herramientas como Twitter, donde cuenta con 43.000 seguidores.
Bajo el lema Compartiendo el tiempo, la consejera clausuró la jornada con una intervención en la que destacó que la agencia constituye un servicio público “fruto de la mejora continua” en sus años de historia. De la actividad de Euskalmet destacó que se ha adaptado a las “necesidades preventivas y de predicción”, ya que “no se limita a hablar del tiempo, sino de lo que el tiempo meteorológico conlleva” en la vida diaria.
En este sentido, incidió en la importancia de la conexión directa entre los avisos meteorológicos y la gestión de emergencias, una coordinación que se materializó en 2010 al integrarse en el Departamento de Seguridad con la creación de la nueva dirección de Atención de Emergencias y Meteorología.
Previa a la intervención de Beltrán de Heredia, Onintze Salazar y José Antonio Aranda expusieron algunos de los hitos de la meteorología que ha vivido la agencia desde su creación. Entre ellos recordaron la ola de calor de agosto de 2003, cuando se sucedieron más de diez días con temperaturas inusuales en Euskadi, en cinco de los cuales el termómetro superó los 35 grados. Ese episodio, en el que se registró la máxima histórica de 43,5 grados y noches tropicales con mínimas de 30, es la incidencia meteorológica que ha causado más muertos (6.500 fallecidos en el Estado), aunque esta cifra es menor de la registrada en Francia (14.800 muertos).
En el lado opuesto se situaron los inviernos de 2004 y 2005, cuando se registraron siete nevadas consecutivas entre el 7 de febrero y el 15 de marzo y se detectó una mínima de 21 grados bajo cero en la localidad alavesa de Iturrieta.
De esta experiencia Euskalmet “aprendió” sobre la necesidad de mejorar con pronósticos a seis horas y avisos más precisos sobre la cota de nieve con el objeto de “minimizar el impacto” en el tráfico o la vida de los ciudadanos.
Otra de las experiencias de las que la agencia sacó conclusiones es la espectacular granizada que arreció en Gasteiz en julio de 2009 o las “ciclogénesis explosivas” Xynthia y Klaus, cuando se registró la racha de viento más fuerte en los 25 años de Aemet (228 kilómetros por hora en Orduña) y la mayor altura de ola (28 metros). Precisamente, tras estas tormentas sorpresivas Euskalmet decidió mejorar su comunicación con los ciudadanos a través de la implantación de los denominados “avisos por colores” (verde, amarillo, naranja y rojo) que catalogan la adversidad de las distintas situaciones meteorológicas.
En el amplio capítulo de episodios de lluvias persistentes en Euskadi, destacaron las fuertes inundaciones registradas en Bermeo en 2009, que sin embargo no acarrearon daños tan cuantiosos como las vividas en Bilbao en 1983, que supusieron el origen de la determinación de crear una agencia vasca de meteorología.
En noviembre de 2011 una complicada coyuntura de frentes fríos y aire cálido del Mediterráneo provocó precipitaciones de 340 litros por metro cuadrado en cuatro días en Donostia. No olvidaron tampoco los nueve temporales de mar que azotaron la costa vasca el año pasado.
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