Desde ayer, la ciudadanía del territorio y los visitantes ya tienen la posibilidad de realizar la denominada ruta Talaia que enlaza Hondarribia con la playa mutrikuarra de Saturraran con total seguridad.
Y es que ese camino, que discurre por la parte costera de la ruta de gran recorrido GR 121 (la que rodea todo el territorio de Gipuzkoa), ya se ha desprendido de su último punto peligroso, que se encontraba entre los entramados urbanos de Deba e Itziar; concretamente, en el punto kilométrico 42 de la carretera N-634.
Hasta ahora, los caminantes que aprovechaban su tiempo de esparcimiento para recorrer ese tramo del camino Talaia, que tiene una longitud total de 77,4 kilómetros y un desnivel acumulado de 3.500 metros, estaban obligados a realizar una parte del trayecto y cruzar la carretera N-634 en un lugar de mucho tráfico y escasa visibilidad.
Sin embargo, en adelante los caminantes ya no tendrán que tener en cuenta la existencia de ese punto negro, ubicado apenas una treintena de metros más arriba del Mirador de La Salve; un enclave que además de acoger una imagen de la Virgen de Itziar ofrece unas espectaculares vistas de la costa guipuzcoana y del flysch.
Para eliminar el que se consideraba como el último punto peligroso de la ruta Talaia (se calcula que cada mes son unos 3.000 los caminantes que recorren esa vía) la Diputación Foral de Gipuzkoa ha construido una pasarela peatonal sobre la N-634; por lo que los paseantes ya no tienen que preocuparse de nada para poder cruzar al otro lado de la carretera y continuar la ruta hasta Santa Catalina (otro enclave con vistas privilegiadas a la costa) y desde allí hasta el casco urbano de Deba.
El nuevo paso se inauguró durante la mañana de ayer en un sencillo acto al que asistieron diversos representantes institucionales, encabezados por el diputado de Innovación, Desarrollo Rural y Turismo de la Diputación, Jon Peli Uriguen, el director general de Montes y Medio Rural de la entidad foral, Roke Akizu, la alcaldesa debarra, Maider Zubikarai, y la gerente del Geoparque de la Costa Vasca, Leire Barriuso.
Con pino de la comarca La nueva pasarela peatonal, que ha permitido eliminar el último punto peligroso del camino Talaia, se ha construido “íntegramente en madera”; más concretamente “con pino tratado de la propia comarca de Debabarrena”.
Para construir esta estructura el Departamento foral de Innovación, Desarrollo Rural y Turismo ha destinado 165.509 euros; una cantidad importante pero, en palabras de Jon Peli Uriguen, “bien invertida, porque con esta pasarela ya han quedado suprimidos todos los puntos de peligro de la GR 121”.