donostia - “He cogido mal dos ráfagas de viento y ya he visto que tendría que maniobrar a la desesperada. Esta azotea era grande y estaba despejada; ha sido un aterrizaje perfecto”. Con estas palabras explicaba su experiencia a los agentes de la Er-tzaintza ayer por la tarde un experimentado parapentista guipuzcoano, titulado y federado, que aterrizó en la azotea del número 11 de la avenida de Ategorrieta de Donostia.
Un inesperado aumento de la velocidad del viento del noroeste, concretamente dos ráfagas, le arrastraron hacia atrás cuando se disponía a aterrizar en la playa de La Zurriola. El piloto volaba junto a otros tres parapentistas que le acompañaron en su travesía desde Kukuarri, en Orio, con escala en Talaimendi, tras sobrevolar la zona de Zarautz. Sus compañeros, también experimentados parapentistas guipuzcoanos, aterrizaron con éxito en La Zurriola.
Marisa Villar se encontraba tranquilamente en su casa de Ategorrieta a las 15.45 horas, cuando sonó el timbre de su vivienda, un último piso del número 11 de la avenida de Ategorrieta. Era la Ertzaintza, que le pidió la llave para acceder a la azotea. Sin saber aún lo que había sucedido -los vecinos del inmueble no se percataron del aterrizaje sobre sus hogares-, Marisa acompañó a los agentes y abrió la puerta de acceso a la azotea... “Allí estaba el tío con todo el parapente desplegado que ocupaba casi toda la azotea. Estaba ileso”, admitió la testigo.
Esta vecina presenció la declaración del parapentista a la Ertzain-tza: “Les ha contado que cuando ha despegado ya notaba que podía tener problemas con el viento. Ha cogido dos ráfagas mal y ha visto que tenía que aterrizar a la desesperada. Ha visto que esta azotea era grande y estaba despejada como para aterrizar. Ha dicho que el aterrizaje ha sido perfecto”.
Los bomberos desplazados al lugar ni siquiera tuvieron que intervenir porque el parapentista estaba esperando a que le abriesen la puerta de la azotea y salió por su propio pie.
Txus Blanco, un experimentado piloto de parapente y ala delta que fue campeón de Euskadi en 2000 y 2010, conoce bien al protagonista de este espectacular aterrizaje. Blanco aseguró que “en ese momento volaba un poquito más alto que las casas, se disponía a aterrizar en La Zurriola y el viento lo ha llevado hacia atrás. El control no ha llegado a perderlo pero le ha arrastrado hacia atrás y en todo el barrio de Gros no ha visto ningún sitio posible para aterrizar; cuando ha visto esta azotea, ha maniobrado porque si pasa las vías, en cuesta, habría sido más difícil”.
ráfagas de casi 60 km/h S egún Blanco, este tipo de situaciones son excepcionales. “El día se las traía; ya de por sí estaba fuerte, y han salido a volar una serie de gente muy experimentada, concretamente cuatro personas con título, federadas y muchas horas de vuelo”.
“El problema -añadió- es que ha pasado una cosa que no suele ocurrir. Estaba anunciado que iba a haber viento del noroeste moderado y con eso hasta cierto punto se puede salir si tienes experiencia, pero de repente se ha pasado de una franja de entre 22 y 30 kilómetros por hora a intervalos de 46 a 60 km/h, según datos de una de las dos balizas que tiene Euskalmet en Zarautz. Y en ese pico de viento le ha pillado volando. Había cuatro pilotos y él llevaba la vela más lenta y le ha arrastrado”.
Según Blanco, “la pericia y el temple de este piloto” han sido claves: “Hay que tener en cuenta que el parapente es una actividad de riesgo y este lo minimizas en función de las condiciones y si tienes pericia. Pero también es cierto que un piloto novel ayer no habría salido”.
Txus Blanco, experto en parapente y ala delta, explicó a NOTICIAS DE GIPUZKOA, la situación a la que se enfrentó este experimentado parapentista al que conoce bien.
350
En el territorio hay unas 350 personas federadas que realizan parapente. Todos ellos están asegurados. En el día de ayer, solo cuatro se atrevieron a retar al viento del noroeste; todos expertos.