Gogoan - En el recuerdo

hondarribia - El mundo de la cultura y el periodismo lamenta la pérdida de Javier (o Xabier) de Aramburu y Sagarzazu. El viernes se oficiaron los funerales por su persona en el barrio donostiarra de Gros, en la parroquia de San Ignacio. Tuvo una dilatada trayectoria profesional. Fue periodista redactor jefe de Deia en Gipuzkoa cuando el rotativo se fundó en 1977; poeta, escritor, profesor de formación del primer equipo de trabajo de ETB y de Radio Euskadi, conferenciante, gabinete de prensa del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, responsable de comunicación del Departamento de Interior del Gobierno Vasco y del Gabinete de Presidencia del Parlamento Vasco o presidente de los periodistas de Gipuzkoa, entre otras responsabilidades. Nació en Hondarribia el 4 de septiembre de 1931 y falleció el pasado jueves 10 de julio a los 82 años de edad.

Según datos de la enciclopedia Auñamendi, investigación de Félix Maraña Sánchez, Aramburu fue, además, miembro supernumerario de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País (1966), correspondiente de Euskaltzaindia (1975), de la Sociedad de Estudios Vascos (1978), de la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa (1978), así como promotor de Euskal Dantzarien Biltzarra-Federación de Danzas Vascas (de la que fue cofundador y vicepresidente).

Fue un hombre que, tras estudiar Humanidades y Filosofía en el Seminario Conciliar de Vitoria, estuvo muy interesado en tener una rica formación periodística. Así, cursó Periodismo en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, licenciado en 1957. Convalidó el título de Licenciado en Ciencias de la Información, en la Universidad del País Vasco en 1989. Realizó el primer curso de la Facultad de Derecho de San Sebastián y otro sobre temas Contemporáneos en la Universidad Católica de París en 1972.

Su incursión en su querido periodismo -en el que trabajó durante más de tres décadas- comenzó en el diario madrileño Informaciones y en El Diario Vasco de Donostia. También hizo prácticas en RNE. Por sus trabajos periodísticos logró premios, así como por su obra poética. Escribía tanto en euskera como en castellano.

Javier era un hombre religioso, casado y padre de cinco hijos. Cuando contrajo matrimonio se desplazó a vivir a Donostia. Antes de llegar a Deia como delegado de Gipuzkoa y redactor jefe, trabajó como periodista en La Voz de España, en Donostia, durante 17 años.

Su curiosidad y deseo de ofrecer calidad en sus trabajos le llevan a recorrer Europa y América para firmar diferentes artículos. En 1967, llegó a asistir a un acto de la ONU en Nueva York.

Colaboró con publicaciones como El Bidasoa, de Irun; Hoja del Mar; Dantzari; Zeruko Argia o Punto y Hora de Euskal Herria, en Iruñea, 1976.

Desde Euskaltzaindia comunicaron que la Real Academia de la Lengua Vasca le nombró miembro el 27 de junio de 1975. Y citaron algunas de sus obras publicadas: El camino de Santiago por Hondarribia, Arqueología en el Jaizkibel, Hondarribia Ciudad amurallada, Hondarribia ya estaba habitada hace mas 800 años, Alarde de Fuenterrabía = Ondarribiko alardea, Terranova, La ruta del bacalao, Juan Ignacio de Iztueta, Paseos por la ciudad : Hondarribia o Hirian barrena: Hondarribia. Otras referencias fueron: Terranova, Juan Ignacio de Iztueta, Personajes Guipuzcoanos, Euskadi, Pakea... Al parecer, tenía también un libro histórico entregado sobre la ciudad de Irun, aún no publicado.

La familia de periodistas recuerda con cariño a Aramburu. Así, el director de NOTICIAS DE GIPUZKOA, Adolfo Roldán, fue compañero y compartió dirección con el finado. “Fue una buena persona, muy comprometida con Euskal Herria, con el país”, valora Roldán, quien repasa cómo fue miembro de las grandes instituciones citadas. “Procedía de Hondarribia y estaba muy comprometido con la gente y el país. Además, contaba con un gran bagaje cultural con el que en su momento nos ilustró en el periódico a todos. Sentía Euskadi, y nos servía de modelo, indicándonos con su ejemplo por dónde tenía que ir el nuevo periodismo vasco”, agrega Roldán.

Edorta Kortadi también trabajó en Deia con Aramburu. Destaca de él su faceta humanista adquirida, quizás, “durante sus años de seminario”. “Era conocedor de muchos saberes: historia, cultura, arte, periodismo... Hombre de mente abierta dispuesto a conocer nuevas cosas”. A juicio de Kortadi, como profesional del medio intentó elevar el nivel cultural del periodismo de la época. “Era muy religioso”, apostilla.

Carlos Etxeberri fue otro de sus compañeros de redacción. “Su aportación fue la de un intelectual al servicio del periodismo con una visión de la recuperación de la identidad vasca: de dónde venimos, cómo somos... todo aquello que la dictadura de Franco nos usurpó”, analiza Etxeberri quien le califica “hijo de tiempos de la la dictadura” que comienza su trabajo en Madrid y ya en La Voz de España, “siendo del movimiento, escribió ya sobre los valores de los vascos”. Etxeberri incide en que Javier fue miembro de las entidades vascas más importantes y al morir Franco, comienza la Transición y en el 77 entra en Deia para continuar con esa recuperación de la identidad vasca que se escribió en periódicos como el diario Euzkadi.

Un compañero de la redacción de Bilbao le recuerda como “campechano y de buen comer. Era una persona muy maja, muy agradable que sabía cuidarse bien. En los principios del periódico, hacíamos juntos el suplemento de televisión. Era un buen hombre”.

El académico emérito de Euskaltzaindia José Luis Lizundia glosa su figura como la de “un periodista vasquista y euskaltzale en el franquismo, en la transición y después. Traté mucho con él, incluso, le contraté para que fuera el encargado del gabinete de prensa del décimo congreso de Euskaltzaindia celebrado en Iruñea en 1984”, rememora el académico.