Donostia. Algunos de los rostros más conocidos de Hollywood han prestado su imagen a una nueva campaña impulsada por la ONG Dolphin Project, contra el cautiverio y exterminio de delfines en Japón.
Actores como Jennifer Aniston, Courteney Cox, Naomi Watts, Robin Williams, Ben Stiller o Woody Harrelson, entre otros, se unieron a la campaña impulsada por la ONG Dolphin Project. El vídeo My Friend is (Mi amigo es) circula ya por las redes sociales para dar a conocer la realidad sobre la matanza de los delfines en Japón y su vida en cautividad. "Mi amigo es divertido, siempre le gasta bromas a la gente, es tan inteligente. De hecho, el delfín es uno de los seres más inteligentes del planeta", dicen los artistas en el vídeo. Dolphin Project defiende que los delfines son animales inteligentes, sociables y conscientes de sí mismos, con un sentido emocional altamente desarrollado. Su captura es un acto traumático y estresante que puede terminar en su muerte.
También relatan en el vídeo cómo muchos delfines son capturados y asesinados para el consumo de su carne, contaminada con mercurio. Solo los ejemplares más bellos sobreviven para ser vendidos, a precios que pueden alcanzar los 150.000 dólares. La masacre anual de delfines en Taiji (Japón), tiene lugar cada año entre los meses de septiembre a junio. Según la Agencia de Investigación de Pesca japonesa, 2.623 delfines fueron capturados en la Prefectura de Wakayama en el año 2013 para el consumo humano o la reventa de delfinarios. La mayoría de ellos en la bahía de Taiji. La caza anual de delfines es una fuente de ingresos para los residentes locales, pero ha recibido una condena mundial, tanto por la crueldad de la matanza como por los altos niveles de mercurio que hay en la carne de delfín.
La bahía de Taiji llegó a ser conocida desde 1675 como un centro de caza de ballenas y de delfines con fines comerciales, actividad que continúa en la actualidad. En 2008, según la Agencia de Investigación Japonesa se capturaron 1.484 delfines, y en 2009 en torno a 2.400. El delfín mular es la especie más apetecida para captura y reventa a delfinarios. Desde el año 2000, investigadores como Te-tsuya Endo (profesor de la Universidad de Ciencias de la Salud de Hokkaido), han encontrado altas concentraciones de mercurio en la carne de ballena y delfín comercializadas en todo Japón. En sus estudios, señalan que los residentes de Taiji que comen carne de delfín habían elevado preocupantemente el nivel de mercurio en su organismo según las pruebas de pelo realizadas. En 2003, dos activistas que liberaron a unas ballenas piloto y fueron detenidos por obstrucción a las empresas y por daños a la propiedad, pasaron 23 días en la cárcel, y fueron puestos en libertad después de pagar multas de 5.000 y 3.000 dólares cada uno.