Nahia García de Andoin, una escritora de 12 años
Ha entrado en la lista de oro del Concurso Jordi Sierra i Fabra
Donostia. El mes pasado fue por primera vez a una discoteca", desvela Cristina, la madre de Nahia. "¡Jo, ama!, que no hay que contarlo todo", le riñe Nahia. "Lo cuento para que no piensen que eres una friki de esas que está todo el día en casa leyendo y estudiando", explica Cristina. Aporta ese dato porque lo que hace Nahia no es algo habitual en una niña de su edad, de 13 años. Además de sacar unas notas muy brillantes en el instituto Solokoetxe de Bilbao, donde estudia 2º de la ESO, Nahia es escritora. Acaba de ser reconocido su talento en la novena edición del Concurso Literario Jordi Sierra i Fabra para jóvenes escritores, uno de los más prestigiosos del Estado en su género. Gracias a su novela Dos noches para un día, Nahia entonces contaba con 12 años ha entrado en la Lista de Honor de Oro del certamen, que fue ganado por una joven madrileña de 18 años, máxima edad con la que pueden participar. Nahia cree que ha tenido la suerte de haber nacido con "el don de escribir". Así que lo desarrolla contando historias. Ya tiene en mente una nueva novela, en este caso sobre ciencia-ficción, que piensa escribir el próximo verano y presentarla al mismo concurso el año que viene. Pero al margen de la escritura, Nahia realiza otras muchas actividades. Le gusta mucho el deporte, sobre todo la natación, también estar con las amigas, la música y bailar, algo que practicará seguramente a partir de ahora en las discotecas. Nahia, sin ser repipi, habla con un desparpajo y una fluidez de verbo propios de una persona adulta y cultivada. Quizá porque ha tenido la sana costumbre de leer desde pequeña. "Es verdad, siempre he leído mucho", confirma. Recuerda que empezó con Nur, de Toti Martínez de Lezea, pero se enganchó definitivamente a la lectura con Memorias de la saga de Idhún, de la escritora Laura Gallego.
"Esos libros me abrieron un mundo de imaginación, de escape", dice, "porque yo siempre estoy imaginando cosas, cuando voy por la calle, en el colegio " Solo faltaba llevar esas ideas, esa fantasía, al papel, al ordenador. Y pronto empezó a hacerlo. Con tan solo 10 años, espoleada por las amigas, empezó a escribir sus primeros relatos. "Eran sensaciones, descripciones de lugares, matices de todo", dice. A partir de ese momento fue tomando conciencia de que "era una niña bastante creativa". Pero fue el año pasado en el instituto cuando se dio cuenta de que "tenía un don para la escritura". En los primeros días de clase de la asignatura Taller de Escritura, que eligió como optativa, Nahia dejó "anonadados" a sus compañeros. "Mónica, la profesora", cuenta Nahia, "nos mandó escribir una pequeña autobiografía, y a mí, en lugar de poner simplemente mis datos, se me ocurrió hacer algo diferente, el caso es que cuando leí en voz alta lo que había escrito toda la clase se puso a aplaudir". Y aquel gesto supuso un "gran impulso".