hernani - Ya están aquí, vuelven por primavera. Las dichosas avispas asiáticas parecen haber encontrado en Gipuzkoa su lugar de adopción . Tanto es así que en una semana se han capturado unos 120 insectos en Irun, Urnieta, Oiartzun y Hernani, según informó ayer a este periódico la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa. La mayor parte son avispas reinas, cuya presa se antoja crucial para minimizar los estragos de una especie que se alimenta hasta en un 80% de abejas. La avispa ha despertado de su letargo.

Desde que la vespa velutina llegó a Irun en 2010, los apicultores se han convertido en expertos en buscar soluciones. Pero no se sabe mucho. Ni siquiera se tiene claro su origen concreto, si bien se cree que pudo llegar a Burdeos procedente de China, en un cargamento de madera sin desinfectar.

Es ahora cuando las avispas reinas salen de su lugar de hibernación. Su captura se convierte en una carrera contra el reloj puesto que las que eludan las trampas serán las que construyan enormes avisperos en verano.

El caserío de Julian Urkiola, en Hernani, es un muestrario de la evolución de esta especie exótica. El presidente de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa nos recibe en el garaje, donde toma en sus manos envases de plástico que contienen avispas capturadas esta misma semana. Son reinas. Han permanecido vivas durante su cautiverio aunque por indicación de Neiker, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, las avispas fueron congeladas el martes.

Los animales serán diseccionados para diferenciar los machos de las hembras. "Las que hemos capturado creemos que son reinas fecundadas el año pasado. Hasta ahora hibernaban, pero ya han despertado", detalla el experto. Así, las avispas abandonan su largo letargo y construyen durante estas semanas "nidos primarios", preludiando un verano fecundo en especies. Las avispas colocan estos días los huevos. "Cuando la familia es lo suficientemente numerosa, se desplazan a los nidos secundarios", detalla el apicultor. Los nidos secundarios son las grandes colmenas que pueden verse durante el periodo estival, especialmente en árboles como plátanos, robles y acacias, y siempre en lugares comprometidos e inaccesibles.

trampas Fue la semana pasada cuando los apicultores comenzaron a testar la zona. Para ello colocaron trampas en Urnieta, Oiartzun, Irun y Hernani. "Los bichos ya han empezado a caer", muestra satisfecho Urkiola los ejemplares. No es un trabajo en solitario. Ante la amenaza de una gran expansión del insecto, la Diputación de Gipuzkoa decidió descentralizar el año pasado la lucha contra la especie, involucrando en la destrucción de nidos a técnicos mancomunidades y voluntarios.

El Ayuntamiento de Donostia ha activado esta semana la instalación de trampas en 35 lugares de la ciudad. Existe un protocolo por el que técnicos y grupos de voluntarios se han formado en una técnica con pértigas telescópicas con las que alcanzan las colmenas menos accesibles.

Los apicultores no están solos pero, evidentemente, son los más implicados y tienen previsto colocar tres trampas por cada diez colmenas durante esta primavera. Deberán cumplimentar la circular que les ha enviado la Diputación, incluyendo la localización de cada una de las trampas y el número de piezas cobradas. Tienen que andar con tiento. "Nos encontramos con el problema de que las trampas que utilizamos no son selectivas, y hay que andar con mucho cuidado porque pueden caer avispas cabros, que no tienen nada que ver con las asiáticas y son un importante agente polinizador".

Buena muestra de la desmedida capacidad invasora de la vespa velutina la ofrece el siguiente dato: por cada diez ejemplares de cabros pueden registrarse unas 10.000 avispas asiáticas. En su momento más álgido, acaban con todo: moscas, orugas y fruta madura que comen de las parras. "Por acabar, acaban hasta con sus propios congéneres", asegura el apicultor hernaniarra.

Sorprende tomar uno de estos insectos en las manos, especialmente por la fortaleza de sus garras, afiladas como cuchillas, y su poderosa mandíbula. "Son máquinas de cortar carne, tan robustos que incluso en una ocasión llegué a cortar la cabeza de una avispa de un golpe y el animal siguió volando", se sorprende.

Urkiola guarda en su garaje miles de avispas capturadas durante la campaña del año 2012. Conserva las especies en agua y alcohol, en varias cajas de plástico. La campaña de destrucción de nidos fue imparable. Desde que se puso en marcha en junio, fue la primera causa de salidas de los bomberos forales, que atendieron 490 de las 765 colmenas retiradas. Los guardas forestales destruyeron 275, y los bomberos municipales 183. "Llevamos miles de capturas, pero lamentablemente no hemos conseguido frenarlas", lamenta el apicultor.

La actividad colonizadora de la avispa no cesa, y siembra preocupación. El 94% de los 500 socios del sector en Gipuzkoa son pequeños apicultores que hacen de tripas corazón para no dejar su actividad. "Hay gente que lo ha dejado, pero seguimos animando a todos a que aguanten". Urkiola reconoce que habrá que aprender a convivir con una especie invasora "que no va a desaparecer".

Al menos, queda como consuelo el dato del año pasado, con un impacto de avispas mucho menor. Todo ello "gracias a las intensas lluvias caídas durante la primavera. El problema es que las precipitaciones afectaron a la floración, lo que acabó perjudicando también a las abejas. No había tantas avispas, pero las abejas morían de hambre porque no podía libar", lamentan desde la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa. La campaña no ha hecho más que comenzar. Los profesionales del sector cruzan los dedos mientras resuena de nuevo el zumbido de las avispas asesinas.