El buen tiempo y la expectación generada por los destrozos que causó el temporal han convertido Zarautz en una visita obligada para muchos guipuzcoanos del interior, especialmente de Urola Erdia. En los últimos ocho días miles de personas han acudido a ver in situ lo que "ya se había visto en la televisión", admitían ayer varios visitantes. A la mayoría, el escenario que se han encontrado les causa "mucha pena". "Es un desastre", reconocen otros.

"Así como en Donostia la gente está con mono de Paseo Nuevo -lleva cerrado desde noviembre-, en Zarautz se ve que muchos venimos a ver lo que es capaz de hacer la naturaleza", decía un vecino de la capital. La curiosidad invadía a todos.

Teléfonos móviles a modo de cámaras de fotografía, caprichosos con equipos gráficos semiprofesionales en busca de instantáneas para el recuerdo y miradas de asombro se cruzaban por el Malecón. Muchos optaban por bajar al arenal para fotografiar, a pie de socavón, los daños provocados por el oleaje.

A la espera de una leve mejoría del tiempo prevista para la tarde de hoy, el día de ayer, nublado y fresco, en poco se pareció al "vivido el fin de semana pasado" en el que Zarautz lucía como "los días de verano".

Las pocas heladerías que abrieron al público el fin de semana anterior trabajaron "a tope". Así lo atestiguaban Arantxa y Amaia, de la heladería Arrivati: "Fue increíble, un boom. Se juntó todo: por un lado, la gente estaba con ganas de buen tiempo y, por otro, la curiosidad. Mucha gente del interior venía expresamente a ver los destrozos causados por el temporal", aseguraba Arantxa.

Según afirmaba esta trabajadora zarauztarra, "por primera vez en veintitantos años se montó una cola que llegaba hasta la tienda de telefonía para coger helados": unos 25 metros. "Normalmente la gente se esparce a lo largo del mostrador y suele haber enfados y todo. Esta vez se hizo una cola todo el rato". Los 24 sabores con los que esta heladería inició la temporada quedaron temblando. Hubo un "gentío tanto el sábado como el domingo".

Otros no tuvieron tanta suerte. En Kutixi, por ejemplo, les pilló trabajando de puertas adentro, "haciendo helado", ya que la temporada para la mayoría de heladerías de la villa arranca por San José tras permanecer cerradas durante el invierno. Este fin de semana ya están todas abiertas a la espera del sol.

Andando desde Orio

Los Iturbe de Donostia (Javier, Álex, Mertxe, Lourdes Gutiérrez, Maialen Aranguren y Asier) llegaron a pie desde Orio, tras recorrer los 4,5 kilómetros que separan ambas localidades por Talaia bidea. Lo que más les llamó la atención fue la desaparición de toneladas de arena en la zona de las dunas. "Fíjate, el camino elevado de madera que había junto al golf ha desaparecido. Es increíble", aseguraban Javier y Álex.

Seis miembros de esta familia donostiarra viajaron en tren desde la estación de Easo hasta Orio y luego caminaron por el monte al paso que marcaba el pequeño Asier. Luego se quedaron a comer en Zarautz y completar un "egun pasa bonito".

Desde Vitoria llegó otro grupo compuesto por los veteranos Araceli, Juli, José Luis, Juan y Carmen, que tras recorrer toda la playa se quedaron impresionados por los restos del Gustav, el barco alemán hundido por los carlistas en 1874 y cuyos restos asoman después de grandes temporales que arrasan el arenal.

A Araceli, ver la playa así le da "mucha pena": "Zarautz es como la playa de Vitoria. Venimos a menudo, pero la naturaleza tiende a recuperar lo suyo", asegura este grupo de visitantes alaveses.

La arena ha desaparecido literalmente y el paseo de madera junto al campo de golf ha desaparecido por las embestidas del mar.

El pecio del buque alemán Gustav, hundido por los carlistas en 1874, es una de las grandes expectaciones. Muchos visitantes caminan hasta el extremo de la playa próximo al camping para contemplarlo.

Las pocas heladerías que abrieron al público la semana anterior hicieron el agosto. Esta semana ya están todas en marcha a la espera de más sol.

Muchos visitantes aludían a la "fuerza de la naturaleza" y recordaban que "el mar, tarde o temprano, tiende a recuperar lo que es suyo".