Donostia. Paco Etxeberria, profesor médico forense de la UPV/EHU y presidente de la sociedad Aranzadi, descartó ayer la existencia de una trama de bebés robados en Euskadi durante el Franquismo y los años posteriores, aunque no quiso cerrar la puerta a que se produjeran entonces "adopciones irregulares". El doctor compareció en la comisión de bebés robados de las Juntas Generales de Gipuzkoa y mantuvo la tesis que ya expuso hace un año ante el Parlamento de Gasteiz. "A raíz de aquello se me insultó e incluso se me involucró en la supuesta trama", recordó Etxeberria antes de iniciar una larga exposición mediante la que sostuvo su posicionamiento.

El forense comenzó señalando que los presuntos delitos por robos de bebés "no deben prescribir nunca", que, cuando una mujer alega dicho delito, su comisión debe suponer "la primera hipótesis", y que el derecho a conocer la verdad "es incuestionable", porque "el tráfico de seres humanos es el mayor delito que se puede cometer". Sin embargo, Etxeberria basó su visión crítica en la dimensión, a su entender excesiva, que ha tomado el asunto en Euskadi, y más concretamente en Gipuzkoa. "A esto ha contribuido la existencia de la cárcel para mujeres de Saturraran, la única del Estado durante el Franquismo. Y también la difusión que ha tenido el tema con la producción de películas, la elaboración de reportajes, y la redacción de numerosos artículos periodísticos".

"algo no cuadraba" Fue precisamente uno de estos artículos lo que llevó al doctor a entender que "algo no cuadraba" en el asunto, y lo que le llevó a tomar la decisión de iniciar una investigación. "Leí que durante los años 70 moría en los hospitales vascos uno de cada tres neonatos, cuando el promedio era de 15 muertos por cada 1.000 nacimientos. Esa tasa de uno de cada tres no se daba ni en los países más tercermundistas del centro de África". Empujado por aquel texto, Etxeberria investigó las tres primeras exhumaciones llevadas a cabo en Euskadi, "tras las que se dijo que los féretros se encontraban vacíos", lo cual según el forense es "completamente falso". "Se han podido leer verdaderos disparates", agregó.

En este sentido, el presidente de Aranzadi apuntó que en las dos primeras exhumaciones no se encontraron restos suficientes para poder llevar a cabo las pruebas de ADN, pero que sí se hallaron distintos restos, entre los que se encontraban "pelos y una pinza del cordón umbilical". "En la tercera exhumación, mientras, se dijo que el féretro estaba vacío, cuando lo que ocurrió fue que ni siquiera se encontró dicho féretro", añadió Etxeberria, quien reconoció que la degradación de los huesos con motivo del paso del tiempo y de las condiciones medioambientales supone un hecho "infrecuente, pero también posible".

Para fundamentar esta afirmación, el doctor se introdujo en una profunda comparativa, apoyada en material audiovisual, entre los restos óseos de adultos y los de bebés recién nacidos, con el objetivo de probar que "resulta factible" que no se encontraran huesos en las exhumaciones tras experimentar estos "un proceso de descomposición". Así, Etxeberria mostró una diapositiva contraponiendo un fémur de adulto y otro de un neonato. El primero tenía una longitud de 460 milímetros, por los 66 del segundo, en una proporción de uno contra seis. Contaba además con un peso de 300 gramos, por los 2,7 del segundo, una proporción en este caso de uno contra 100.

El forense agregó que el fémur del bebé puede incluso quedar reducido a un sinfín de minúsculas partículas simplemente haciendo algo de fuerza con los dedos mientras se manipula, con lo que quiso apuntar a que la tesis de que los restos desaparezcan con el paso del tiempo en un féretro resulta perfectamente posible.

consecuencias Respecto a las consecuencias que todo este proceso está teniendo en la sociedad, Etxeberria subrayó dos. Por un lado, se mostró muy crítico con el exlehendakari Patxi López, quien habló sin tapujos de "una trama de bebés robados" tras conocerse los resultados de las tres primeras exhumaciones. El forense puntualizó ayer que López debía estar "muy mal asesorado" cuando pronunció las mencionadas palabras, que a su juicio también han contribuido a la alarma vasca ante este asunto.

Asimismo, Etxeberria también tuvo palabras para los médicos, "que no pueden defenderse" de todas las acusaciones debido a la confidencialidad que exige su profesión, y que solo pueden romper ante un requerimiento judicial. Preguntado acerca de por qué no se procede a la exhumación (ha habido un total de seis) con cada una de las 231 denuncias existentes en Gipuzkoa, el forense indicó que "hay historiales clínicos" que aportan un nivel de certidumbre absoluto, pese a que, a juicio de Etxeberria, durante los juicios pertinentes se trató a los doctores como presuntos integrantes de una trama organizada.