Donostia. Tanya Ibar, la esposa de Pablo Ibar, el preso de origen guipuzcoano en el corredor de la muerte en los Estados Unidos, no espera disculpas del Gobierno federal "cuando ya lo hayan ejecutado y se den cuenta de que era inocente" y, aunque su esposo "lleva media vida" en la cárcel, se muestra optimista de cara a una futura sentencia favorable.

Pablo Ibar, hijo de emigrantes vascos, fue condenado a muerte por un triple asesinato cometido en 1994. La prueba determinante del caso fue un vídeo grabado por cámaras de seguridad, donde aparecen dos individuos con el rostro cubierto. Al final de la grabación, uno de ellos se descubre la cara y, pese a la mala calidad de la imagen, la Fiscalía dijo que correspondía al español.

En el marco del V Congreso Mundial contra la Pena de Muerte celebrado en Madrid, Tanya señaló que "sin la financiación de España" no habrían podido costearse el proceso judicial en Florida porque, según explica, las costas son "astronómicas". Sin embargo, afirmó que la ayuda del Gobierno español "no es suficiente" y que "sería mucho más útil y necesario" que España "presionara diplomáticamente" a las autoridades de Florida que condenaron a Pablo.

Asume que España sólo llevaría a cabo esa presión en caso de que pusieran fecha a la ejecución de su marido, ya que "se verían obligados a intentar salvar la vida de un ciudadano de su país", y recuerda que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero mantuvo "conversaciones" con las autoridades de Florida,

En febrero de 2012, un juez de Florida rechazó el recurso que solicitaba la anulación y la repetición de un nuevo juicio. De inmediato, iniciaron otro proceso con el mismo fin del que aún no tienen noticias y sobre el que "sólo cabe esperar".

"Confío en que mi marido volverá a casa, la cuestión es cuándo". se resigna.

Y es que Tanya ni quiere ni espera disculpas de su país: "Cuando vieron que su ADN no coincidía con el de las pruebas no dieron marcha atrás y no aceptaron su error".

"Si ejecutan a un reo y luego se dan cuenta de que era inocente ya no podrán devolverlo a su familia", argumentó. "¿Y entonces qué, van a pedir perdón entonces? Ni en ese momento espero su arrepentimiento".