donostia. "Esto no puede seguir así. Hace falta una ley que concilie los intereses de la producción artesanal con las exigencias sanitarias". Eran las primeras palabras del cocinero Juan Mari Arzak tras conocer ayer mediante este periódico que su restaurante será denunciado por "comprar foie gras a la granja Momotegi", a la que se ha prohibido cautelarmente la actividad de sacrificio de aves y su comercialización por no cumplir las condiciones higiénico sanitarias.
El Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco ya ha abierto por este motivo un expediente sancionador al restaurante Mugaritz, mientras que el colectivo Igualdad Animal anunció ayer que también tiene previsto denunciar a los restaurantes guipuzcoanos Akelarre, Alameda, Sebastián y el asador Etxebarri de Bizkaia.
A preguntas de este periódico, el portavoz del grupo denunciante, Javier Moreno, explicó que el motivo que mueve a este colectivo a emprender acciones judiciales es mostrar a la sociedad "el sufrimiento inherente" a la industria del foie gras. "Estamos hablando de una práctica horrible y procedimientos crueles que han sido erradicados en la mayor parte países", censuró.
Una vez que ha prosperado la denuncia a Mugaritz, el colectivo en defensa de los animales tiene previsto emprender acciones similares con el resto de establecimientos hosteleros que, al parecer, fueron mencionados "como clientes" por Olga Posee, propietaria de la granja Momotegi, en una conversación telefónica con el colectivo en defensa de los animales.
Visiblemente molesto, a Arzak le cogió ayer la decisión por sorpresa. El reputado cocinero reconoció que la granja a la que se ha abierto expediente elabora "el mejor foie", si bien hacía mucho tiempo que no solicitaba sus servicios. "Todos estamos en contra del dolor de los animales, ¿pero qué hacemos con los productos artesanos? Aduriz no ha hecho más que extender el buen nombre de Euskadi por todo el mundo, y no me parece justo el trato que se le está dando con esta polémica a la que no debería darse tanta trascendencia", señaló. A la luz de este goteo de casos, parece ponerse en evidencia la complejidad a la hora de mantener un equilibrio entre la normativa sanitaria marcada por la UE y la actividad de los productores de alimentos.
Desde el establecimiento regentado por Pedro Subijana desmintieron cualquier vinculación con la granja Momotegi, asegurando que el foie gras lo adquieren a la firma Martiko, empresa familiar dedicada al comercio al por menor de alimentos, sobre todo, para el mercado francés.
Bittor Arginzoniz, dueño y jefe de cocina del asador vizcaino Etxebarri, otro de los establecimientos denunciados por el colectivo, reconoció ayer a este periódico que en una ocasión visitó la granja Momotegi, pero que tras comprobar que "en ese momento no tenía oca", adquirió unos tarros de foie sin regresar a la granja de Oiartzun.
Desde Igualdad Animal insistieron en que seguirán trabajando para mostrar a la sociedad el sufrimiento inherente a la industria del foie gras, y apoyaron el boicot a estos productos. "Animamos a los restaurantes, grandes superficies y chefs a que dejen de ofertarlos en sus menús y estanterías", defendió el colectivo en un comunicado de prensa.