Síguenos en redes sociales:

"El 90% de los guipuzcoanos está siendo muy solidario en este contexto incierto"

Se estrenó en el cargo en julio, aunque hasta ayer no había ofrecido ninguna comparecencia pública. El abogado José Ramón Aramendi, de 56 años e implicado durante toda su vida en temas sociales, es el nuevo director de Cáritas en Gipuzkoa, un cargo que no dudó en asumir

"El 90% de los guipuzcoanos está siendo muy solidario en este contexto incierto"Foto: gorka estrada

donostia. Se siente entregado a una labor que le llena como ninguna. "Es un reto maravilloso", subraya una y otra vez José Ramón Aramendi, que en los últimos meses ha podido conocer la trastienda del enorme entramado solidario que representa una organización como Cáritas. Director y voluntario al mismo tiempo, este abogado dice sentirse emocionado "por la cantidad de gestos solidarios" recibidos.

¿Le costó mucho asumir el cargo?

Siendo sinceros, lo pensé tres días. Esta nueva labor me cambiaba mi régimen de vida profesional, y por eso me lo pensé tres días, pero ni uno más. Siempre he tenido una gran sensibilidad social y me parecía un reto maravilloso.

Un recto que llega en una época horrible…

Sí, es una época de crisis terrible. Asumí el cargo el 31 de julio, el día de San Ignacio, y a partir de entonces comencé a visitar centros de Cáritas. Desde septiembre acometí esta labor con mayor asiduidad. Es una época muy dura, y desde dentro te das cuenta de la labor inmensa que desarrolla Cáritas. Es una organización muy bien estructurada, con unos magníficos protocolos profesionales.

El obispo Munilla habla de una situación de "emergencia". ¿Comparte esa lectura tan drástica de la situación?

Sin ninguna duda. Ha habido partidas, como las ayudas al pago de alojamiento, que hemos tenido que incrementar en un 100%. Las ayudas a zonas, como por ejemplo a Cáritas de Andoain y Errenteria, las hemos incrementado en un 40%. Hemos pasado de atender a los últimos de los últimos a responder a muchas familias de clase media. Hay muchas parejas casadas, con hijos, que disponían de un trabajo y pagaban su hipoteca sin mayores problemas hasta que un buen día se fue todo al traste. De repente, se ven envueltos en un problema porque no pueden pagar la hipoteca, mientras el hijo va creciendo y necesita que le atiendan en sus necesidades escolares. Antes los aitas les atendían sin problemas, hasta que llega un día en que no pueden hacerlo.

Además, son necesidades de lo más básico…

Sí. Hay casos tremendos. De hecho, hemos llegado a acuerdos con odontólogos que nos dicen que la gente ha dejado de ir a hacerse implantes que realmente necesitan. Son pacientes que viven en Donostia, al lado de nuestra casa y que no pueden costearse operaciones que necesitan con urgencia. No estamos hablando de un inmigrante, es el vecino de aquí al lado.

Probablemente, muchos inmigrantes ni pensarán en sus dientes…

Lamentablemente es así, por eso hemos destinado parte del presupuesto a este tipo de atenciones.

Han anunciando un millón de euros. ¿Será suficiente para responder a las necesidades de este año que viene tan incierto?

Probablemente no. El escenario es negativo. Estamos viendo ERE tremendos en empresas que hasta ahora funcionaban muy bien. La situación de muchos países europeos de los que dependemos se está deteriorando, y es algo que nos va a salpicar.

Hay familias a las que, a pesar de todo, les sigue yendo bien en Gipuzkoa. ¿A estas alturas todos somos conscientes de la situación tan precaria en la que se maneja el territorio, o todavía hay quien no se siente interpelado?

Creo que siempre hay un sector que pasa, que tiene sus medios de vida asegurados y vive sin miedo a nada. Lamentablemente, muchas veces tampoco tienen sensibilidad. A pesar de que sea así, creo que es una realidad marginal puesto que el 90% de los guipuzcoanos está teniendo una sensibilidad encomiable en este contexto incierto.

¿A qué se refiere?

Hay cantidad de gente que nos llama, que nos ofrece donativos, que quiere saber cómo funcionamos. Es gente que me impresiona. Me sorprende esa sensibilidad que se percibe con el que viene a dar. Son personas concienciadas que nos dicen que quieren ayudar como sea, o bien con dinero o trayendo dos carros de alimentos cada mes. Hay gente que se compromete a eso. Tener la posibilidad de contactar con ese tipo de personas es muy gratificante, es algo que da sentido a la vida, a nuestra labor.

No todo serán necesidades materiales...

No, ni mucho menos. Hay gente que necesita recursos, que viene a pedir pero sobre todo precisa ayuda, que le escuchen. Hay muchas personas cercanas que están viviendo esa situación.