Donostia. Un ejemplar de foca gris de unos dos años de edad se convirtió ayer en la inesperada atracción de las personas que paseaban por el puerto de Donostia. El animal penetró en la bahía de La Concha hacia las 14.00 horas siguiendo la estela de unos niños que practicaban vela y decidió tomarse un respiro entre las embarcaciones de la zona portuaria.

La foca se repanchingó en una barca para alegría del personal que pudo retratar el curioso momento con cámaras y móviles.

La Ertzaintza estableció un dispositivo de seguridad para evitar que las personas se acercasen peligrosamente al mamífero. De hecho, las focas poseen una cortante dentadura que no dudan en utilizar si se sienten amenazadas, según explicó a este diario el vicepresidente de la Sociedad para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina Ambar, Enrique Franco.

Este científico resaltó que todos los años suelen avistarse en la costa vasca ejemplares de focas que, debido a los temporales, pueden alejarse de sus lugares habituales de vida. Asimismo, los ejemplares jóvenes acostumbran a migrar en solitario hacia el sur, por lo que no resulta extraño observarlos a lo largo del Cantábrico.

Las colonias más cercanas de foca gris se encuentran en la región francesa de Bretaña. También Irlanda, Inglaterra y Holanda acogen grupos de estos anfibios.

Aparentemente, según describió Franco, el animal no presentaba débiles condiciones de salud, aunque esta agrupación no descarta que sufra algún tipo de herida o enfermedad. "Hemos observado que la zona que rodea sus ojos está un poco seca y puede tener dañada una parte del hocico. Vamos a realizar un seguimiento de su salud", señaló el vicepresidente del colectivo de biólogos, quien cree que la foca que ayer se paseó por la bahía donostiarra es hembra.

Franco recordó que durante las últimas semanas ya habían avistado un ejemplar por el litoral de Hondarribia, si bien carecía de datos suficientes para asegurar que se trate del mismo animal.