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Comienza el lunes el juicio al acusado de matar por celos a un hombre en Hernani

se le acusa de asesinar con una escopeta a un varón que estaba con su exparejaLa Fiscalía pide 22 años de cárcel y 100.000 euros para cada heredero de la víctima

Donostia. Un tribunal del jurado juzgará a partir del lunes al acusado de matar por celos a otro hombre, al que presuntamente disparó dos tiros a bocajarro con una escopeta de caza en Hernani en presencia de la excompañera sentimental del procesado, que se encontraba junto al fallecido. La vista oral, en la que el detenido se enfrenta a una petición de 22 años de cárcel por parte de la Fiscalía, comenzará con la elección del jurado y la probable declaración del encausado y está previsto que se prolongue durante toda la semana.

Los hechos enjuiciados sucedieron pasadas las seis de la madrugada del 16 de mayo de 2009, en la calle Urbieta de la citada localidad, en la que la víctima se encontraba junto a la excompañera sentimental del presunto asesino.

Según el escrito de acusación del Ministerio Público, unos días antes, la mujer había comunicado al imputado que su relación "no iba bien" y que quería "finalizar". El texto de la Fiscalía aclara que la víspera de los hechos, la chica había acudido a su trabajo en un bar de Irun y que, tras terminar su jornada laboral, se trasladó a Lasarte-Oria para tomar unas consumiciones con el fallecido. Posteriormente, ambos se desplazaron a Hernani, donde la chica tenía intención de coger un taxi para regresar a su domicilio.

Mientras tanto, el presunto homicida, que es cazador y tenía licencia de armas, había estado buscando a la chica en su coche, en el que llevaba una "escopeta semiautomática, de gases" con varios cartuchos.

Entre las seis menos diez y las seis de la madrugada, el inculpado llamó a su excompañera, aunque "sin obtener respuesta". Sin embargo, insistió hasta que la chica le respondió y le comunicó el lugar en el que se hallaba. El presunto asesino se dirigió entonces a Hernani y le exigió que se fuera con él a casa, a lo que la mujer respondió que ya hablarían "después". Ante esta respuesta, el acusado regresó a su vehículo, sacó la escopeta cargada, volvió junto a la pareja y, a una distancia aproximada de entre 30 y 50 centímetros, presuntamente disparó en dos ocasiones contra la víctima.

Los tiros causaron "inmediatamente" la muerte del agredido "por destrucción de los centros vitales tronco-encefálicos".

El documento del Ministerio Público señala que el encausado se aprovechó de que el fallecido "había ingerido bebidas alcohólicas" que disminuían sus facultades para asegurarse "una muerte fácil y segura", ya que el finado "no pudo percatarse de la presencia" de su asesino "ni reaccionar ante la agresión". La Fiscalía considera estos hechos constitutivos de un delito de asesinato por el que pide 22 años de cárcel para el procesado y que indemnice con 100.000 euros a cada uno de los herederos de la víctima.