Enara Rodríguez atiende, como el resto de sus 18 compañeros de clase, las explicaciones que su andereño, Anttoni Aizpurua, realiza en clase de matemáticas. Están en quinto curso y hoy toca aprender a desgranar los números en unidades, decenas, centenas, unidades de millar, decenas de millar...

Enara sigue las explicaciones en la pantalla de su ordenador, una herramienta que la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles) ha puesto a su disposición, por los problemas de visión que padece. "Enara tiene una baja visión muy disminuida. Con un ojo solo ve sombras y con el otro tiene un cuadrante de visión muy pequeño", explica Leonor Blesa, profesora de apoyo del CRI (Centros de Recursos para la Inclusión Educativa), un centro dependiente del Departamento de educación del Gobierno Vasco.

Junto a ella, Encarni Briñas, profesora de apoyo de la ONCE, y Anttoni Aizpurua, tutora de la niña en la ikastola Landaberri de Lasarte-Oria, se encargan de que Enara pueda seguir las clases con total normalidad.

una necesidad

Material individualizado

Lo principal para alumnos como Enara es que puedan disponer del material individualizado que necesitan. En el caso de Enara, este consiste en un libro digital, un programa informático de ampliación y lectura de textos, una gafa lupa para ver los textos ampliados en un libro y un atril, para evitar problemas de ergonomía. Todo este material permite que la pequeña pueda seguir las clases al ritmo de sus compañeros.

Briñas juega un papel fundamental al respecto, ya que es quien se encarga de enseñar a los usuarios y a los profesores del centro a utilizar la tecnología desarrollada por la ONCE.

"Trabajamos de tal forma que el chaval se sienta cómodo con todo el material que necesita, para que así le saque el máximo provecho posible", explica Briñas.

integración

Una más en la gela

Enara lleva en la ikastola Landaberri de Lasarte-Oria desde que inició su etapa escolar, y sus compañeros de clase la tratan con total normalidad. "Lleva en el centro desde pequeñita y el resto de compañeros están acostumbrados a ella. Son el mismo grupo desde hace años y está totalmente integrada", manifiesta Aizpurua, tutora de la niña desde hace ocho días, por lo que, reconoce, todavía se está "adaptando".

En un caso como el de Enara, es fundamental que el profesorado del centro se involucre. "Yo intento hacer clase normal pero adaptándome a ella. Le miro, le apoyo en lo que puedo y le pregunto si ve las cosas", cuenta la andereño insistiendo en que Enara no le da "ninguna guerra". "Es más, no me molesta mucho diciendo que no ve, tiene que hacerlo más y yo me adaptaré a ella", añade.

Aizpurua también valora la buena disposición de la niña. "Es muy destacable el afán de superación que tiene. Se esfuerza mucho".

Además, poco a poco Enara se va dando cuenta de su deficiencia. "Ella ha empezado a decir qué necesidades tiene. Tanto ella como su familia han reconocido que tiene una discapacidad pero que pueden afrontarla; por eso ya está empezando a decir esto no lo veo", asegura Briñas.

Sin embargo, el esfuerzo de los afectados no es suficiente para salvar todas las barreras y desde la ONCE y CRI se hace un llamamiento para facilitar los materiales. "Pedimos que se cree un convenio para que las editoriales de los libros de texto nos faciliten los PDF y así podamos adaptar toda esa bibliografía", reclama Blesa.

Y es que adaptar las distintas bibliografías y materiales al braille o a libro-audios digitales es una tarea necesaria que requiere mucho tiempo, pero de momento, lamentan, las editoriales de los libros de texto no están poniendo las cosas fáciles para que niños como Enara puedan disponer de material escolar adaptado a sus necesidades.