arguedas, un pequeño municipio de la Ribera de Navarra, está conmocionado. El inicio de las fiestas patronales se ha teñido de negro tras conocerse el fallecimiento del joven Andoni Pardo Cuartero, de 17 años. Un chico que fue víctima de una trastada juvenil que, sin embargo, se tornó en tragedia.
Andoni Pardo había cenado con sus amigos de la cuadrilla de El Quiebro la noche del viernes al sábado. Ya de madrugada, se despidió de ellos diciéndoles: "Me voy para casa para estar fresco mañana". No en vano, las fiestas iban a comenzar poco después, a las 13.00 horas, momento en que se lanza tradicionalmente el txupinazo.
Pero Andoni no llegó a su casa. En el camino sufrió un accidente que le dejó en muerte cerebral hasta ayer, cuando se certificó su fallecimiento en el Complejo Hospitalario de Navarra, a donde fue trasladado, según informó el Gobierno foral.
El reloj quedó parado a las 3.30 horas, momento en que Pardo cruzaba la céntrica calle Carlos Arias Navarro de Arguedas. Poco antes, un grupo de jóvenes de Llodio (Álava), de entre 25 y 35 años, decidieron derribar dos señales, un acto dentro de las celebraciones de la despedida de soltero de uno de ellos.
Una señal, concretamente, quedó ocupando parte de la carretera, justo en el momento en que pasaba el joven Andoni, quien no pudo esquivarla y salió lanzado contra la acera, lo que le causó un traumatismo craneoencefálico severo y, posteriormente, la muerte.
Testigos del siniestro observaron que cuatro jóvenes salieron huyendo del lugar tras lo ocurrido sin prestar ayuda al accidentado. Otros testimonios indicaron que las dos señales de tráfico derribadas no fueron sus dos únicos actos vandálicos en el pueblo. Sea como fuere, las investigaciones llevadas a cabo conjuntamente por las unidades de Policía Judicial y Tráfico de la Policía Foral permitieron detenerlos ese mismo sábado bajo la acusación de omisión de socorro. Sin embargo, tras el fallecimiento, es más que probable que se les acuse de un delito de homicidio por imprudencia grave.
Fue la concejala regionalista Eli Urzainqui, que vive en esa misma calle, la que le socorrió tras escuchar el accidente de este joven, el menor de una familia de tres hermanos, aficionado al fútbol y estudiante del Instituto Valle del Ebro de Tudela.
El destino de Andoni ya estaba escrito desde el momento en que impactó con la señal. Si sobrevivió hasta ayer lo hizo porque estaba conectado a una máquina. A las 10.15 horas, los médicos, de acuerdo con la familia, decidieron desconectarlo y donar todos sus órganos para transplantes. Asimismo, tras su fallecimiento, el Ayuntamiento de Arguedas optó por que las fiestas debían continuar para tratar de recuperar la normalidad y tranquilidad del municipio, muy afectado por la muerte del joven.
Los festejos, no obstante, no habían comenzado oficialmente al conocerse el accidente del joven ese sábado a la mañana, aunque muchos de sus vecinos ya vestían de blanco por las calles.