"Para poder ser un héroe cotidiano es necesario asumir el protagonismo de tu propia vida"
El libro 'Héroes cotidianos' invita a superar las tragedias de nuestra vida sacando lo mejor de nosotros mismos. Habla de salir adelante, a pesar de las dificultades, de la necesidad de atravesar "desiertos" para aprender por el camino; y hace hincapié en que todos tenemos esa capacidad, es cuestión de actitud
donostia. Pilar Jericó es Doctora en Organización Empresarial, y licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha cursado estudios en la universidad de Harvard y en UCLA, y forma parte de la consultora InnoPersonas. Además, ha sido pionera en España y Latinoamérica en el análisis del talento y el impacto del miedo en el desarrollo empresarial.
Semejante curriculum y, sin embargo, al leer el libro da la sensación de que no sólo se dirige al ámbito de la empresa, sino que es recomendable para cualquier persona que quiera dar pasos adelante en su vida.
Aparte de mi curriculum empresarial -que cualquiera puede consultar en su página web-, me he movido mucho en el ámbito del trabajo con personas. Héroes cotidianos tiene mucho de esta experiencia y también de lo que he aprendido en cuanto a crecimiento personal. El libro intenta ser un trabajo democrático, abierto a cualquier persona.
¿Qué ha pasado con los héroes tradicionales? ¿Ya no sirven como referencia?
Claro que sirven, han hecho su papel a lo largo de la Historia y lo seguirán haciendo. Lo que pasa es que el libro es una invitación a desarrollar otro tipo de héroe más cercano, que sea más posible de alcanzar. Los de las películas y la Historia son magníficos, pero no cabe duda de que también son héroes que no aportan una salida a nuestras dificultades. Hay que hacerlos más cercanos, porque nuestros problemas de ahora son más complejos que los que teníamos antaño.
¿Qué diferencia a Ulises, Batman o el rey Arturo de los héroes cotidianos que defiende en su libro? ¿Varían los valores que representan unos y otros?
La diferencia más importante es que los héroes cotidianos no hacen grandes hazañas, aparentemente, mientras que los de los cuentos o cómics salvan a la humanidad. En esto hay un punto en común ya que los cotidianos también salvan, pero en su caso, a ellos mismos. Es decir, no caen en el victimismo, en el drama de "por qué me ha pasado esto a mí", sino que siguen adelante. Y el segundo aspecto en común es que ambos héroes se comprometen consigo mismos y con un entorno más amable. Villanos y héroes se reponen de las dificultades, los dos son resilientes. La diferencia de héroe y villano es su compromiso, un "para qué" constructivo que aporta valor. En el caso del héroe cotidiano su "para qué" puede ser convertirse en un buen padre de familia o crear un entorno amable. Por lo tanto, actitudes egoístas o agresivas no están dentro de la actitud de un héroe cotidiano.
Hablaba de la resiliencia. ¿A qué se refiere exactamente?
La resiliencia es la capacidad de salir adelante ante las dificultades. Empezó a aplicarse este término en las ciencias sociales en los años 70. En España es poco conocido, pero está acuñado y muy trabajado desde hace cuarenta años.
El héroe cotidiano, ¿tiene género, edad o pertenece a un estatus social definido?
No, para mí ésa es la clave. Es muy democrático, cualquiera puede ser un héroe, pero para poder serlo necesita asumir el protagonismo de su vida. Necesita quitarse el punto de culpa, de víctima. Todos tenemos la cualidad, pero no todo el mundo lo hace y es independiente de la edad, el género o la formación.
¿Cómo se cambia de actitud para ver oportunidades donde en un primer momento puede parecer que sólo hay fracaso?
Primero tendríamos que partir del supuesto básico de que hay cosas evitables e inevitables. Muchas de las cosas que nos duelen son inevitables. Ante eso, debemos entender que una dificultad de la vida es una invitación a sacar lo mejor que cada uno lleva dentro. La dificultad puede ser un despido, la muerte de un familiar, una crisis económica... Eso es una invitación. Muchas han sido inevitables, por lo tanto, no hay que machacarse, hay que hacer algo y no caer en el victimismo. Es un tema tuyo, personal, y que te reclama a ti, y éste es el enfoque que hay que empezar a trabajar y construir. Esto no significa que no vayamos a atravesar desiertos. El reto es salir y salir reforzado. Excepto en casos patológicos, la mayor parte de las personas salen. En el libro lo explico más en detalle.
¿Y, si aunque se intente y se cambie de actitud, por citar un ejemplo, no se encuentra trabajo?
Los desiertos hay que pasarlos. Es la frustración, el dolor y eso es inevitable. Lo que hay que conseguir es que no se prolongue en el tiempo, y esto sí es evitable. Al igual que el miedo y el abandono, hay otras emociones en el cuerpo. Hay que cuidarse en los momentos complicados, apoyarse en el entorno, trabajar el enfoque y la forma de entender la realidad; y también es importante mimarse a uno mismo, hacer deporte, que las endorfinas ayudan, tener una buena conversación con amigos y, sobre todo, darte tiempo a ti mismo. Y ahí hay mucho aprendizaje.
Cuando uno ya sale de esa "noche oscura", ¿qué ayuda necesita del entorno? ¿Qué papel juegan los amigos y familiares en todo el proceso?
El entorno debe escuchar, tener paciencia y acompañar. No tiene que decir lo que uno debe hacer porque a nadie le gusta, sino que sólo debe acompañar y dar espacio. Pero siempre depende de la situación.
¿Qué se ha propuesto con el libro? ¿Le ha llegado ya algún comentario de alguien que se haya convertido en un héroe cotidiano gracias a su lectura?
Sí, me han llegado bastantes comentarios. La verdad es que la primera edición fue de 15.000 ejemplares y estamos ahora en la segunda, así que la acogida ha sido increíble, en parte, gracias a los medios. La gente me ha mandado mensajes preciosos diciendo que ahora comprende los desiertos, algunas personas me han contado situaciones difíciles por las que han pasado, varios psicólogos me han felicitado porque lo que yo cuento en mis temas es lo que ellos intentan explicar en sus sesiones. Mi objetivo era ayudar. Escribir el libro me ayudó a mí a transitar por momentos difíciles y a entender que hay otra realidad. Y mira qué bueno que el libro también salve a otros como lo está haciendo.
Dice que el miedo se contagia, y la crisis también ha sido un contagio. Pero, en ese caso, también se puede contagiar la esperanza, y ése es el objetivo de la campaña "Esto sólo lo arreglamos entre todos". ¿Qué opina de esta iniciativa?
Me parece importante, estoy colaborando en ella, independientemente de otros factores que se han metido de por medio. Me parece interesante cualquier campaña que intente cambiar la cultura, creo que es fundamental, porque nos hemos apalancado mucho en pensar que la culpa es de otros. Pienso que tú en tu vida privada tienes la responsabilidad de construir una nueva realidad y estoy de acuerdo con que esto es un tema que hay que aprovechar y crear un cambio de cultura.
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