donostia. Tres espeleólogos que habían estado atrapados en una cueva a 700 metros de profundidad en los Pirineos regresaron ayer a la superficie por sus propios medios, después de pasar cinco días atrapados.

Los tres hombres, dos franceses y un griego (Franck Maciéjak, Damien Butaeye y Grec Gregories Anastasopoulos) quedaron atrapados a 700 metros de profundidad en el macizo de La Piedra de San Martóín (donde se celebra todos los años el Tributo de las tres vacas) tras verse sorprendidos por el aumento del nivel de las aguas dentro de la cueva cuando se encontraban detrás de un sifón natural que, inundado inesperadamente, les impidió regresar al exterior. Desde el sábado, un equipo de rescate organizó el salvamento de estos tres miembros del club de espeleología de Lille. El equipo estaba integrado por dos especialistas en explosivos, dos submarinistas y seis espeleólogos.

Los miembros de la operación de rescate organizada para ayudarles a encontrar la salida localizaron a los tres espeleólogos el sábado, cuando habían conseguido comenzar a salir de la cueva. La primera fase del

rescate comenzó el sábado a las 11.30 horas con el deslizamiento de cuatro miembros del grupo de salvamento a través de la gruta para contactar con los atrapados y hacerles llegar comida, agua y ropa. Afortunadamente, el estado físicos de los espeólogos es bueno y pudieron salir por su propio pie.

Un caso parecido ocurrió hace dos años cuando la belga Anette Van Houtte, de 40 años, quedó atrapada a 600 metros de profundidad y a 4,5 kilómetros de la entrada de la sima. La excursión se torció cuando una piedra se desprendió y destrozó el pie de Annette. La Guardia Civil, la Gendarmería y los Bomberos del parque de Nabaskoze y los espeleólogos galos rescataron a la mujer tras pasar cuatro días atrapada.