Con la llegada de las fiestas de Navidad en todos los hogares se realiza un esfuerzo para tratar de disfrutar de un menú especial en el que aparezcan viandas no habituales durante el resto del año. El pescado ocupa un lugar estelar en el menú navideño y el abanico de posibilidades para la compra de productos de la mar es muy extenso, variando en función de las posibilidades económicas. Todo y de todas partes. El precio del pescado oscila de manera importante en función de su calidad y procedencia. No es lo mismo degustar una merluza del Cantábrico que un ejemplar del Pacífico Sur o disfrutar del sabor de percebes de la Costa da Morte frente a productos originario de Marruecos.
El besugo continúa siendo una de las especies más demandadas en Euskadi. No obstante, la procedencia de los ejemplares que se degustarán durante los próximos días en los hogares vascos ha variado de manera notable. Durante el siglo XX, la pesquería de besugo durante el invierno constituyó una importante fuente de ingresos para los arran-tzales y los ejemplares capturados en las calas a pocas millas de la costa vasca lucían en los banquetes navideños. En la actualidad, los ejemplares ofertados en las pescaderías proceden de Galicia, Asturias, Tarifa, Azores, Marruecos y Turquía.
La merluza es otro de los productos más solicitados por el consumidor en esta época del año. La oferta de esta especie es variada. Frente a la merluza fresca de arrastre y pincho capturada en las frías y hostiles aguas de Gran Sol, se encuentra la procedente de Chile y Sudáfrica. El rape y el lenguado proceden del Atlántico Nordeste y en el mercado compite el pescado capturado por la flota de altura del Cantábrico con el procedente de Francia, Irlanda y norte de Europa.
El consumo de angulas también se asocia con la Navidad. El elevadísimo precio de las crías de anguila -sobre los 650 y 720 euros el kilo- las convierten en un producto prohibitivo para el común de los mortales. No obstante, existe la posibilidad de apostar por un producto más asequible económicamente, eso sí, en detrimento de la calidad. A la oferta de angula capturada en los ríos gallegos, asturianos y franceses, se une la procedente de Marruecos y Madagascar.
la crisis
Congelados
Con la mayoría de bolsillos famélicos a causa de la crisis, el producto congelado se antoja una buena opción. Merluza, bacalao, calamar, pulpo, langostinos, rape, rodaballo y otras especies llegan a nuestros mercados procedentes de distintos rincones del mundo. África es el principal exportador de productos congelados a nuestro mercado, seguido de Argentina, Estados Unidos, Chile, Cuba, Colombia, Francia y Australia. En el capítulo de ofertas exóticas aparecen el calamar procedente de India y el pulpo congelado en Tailandia.
En un buen banquete navideño tampoco puede faltar una partida de marisco. También aquí la oferta es muy variada: el percebe de las costas gallegas es el producto más apetecido, frente a otras ofertas más asequibles, pero de menor calidad, procedentes de Francia y Marruecos.
El buey de mar fresco llega en grandes cantidades procedente del Reino Unido, al igual que la cigala y las nécoras. Desde Canadá se importa un notable volumen de bogavante. La gamba, un producto de consumo masivo, presenta numerosas procedencias. El producto originario de Huelva ocupa un lugar preferente, frente al producto de Turquía, Dinamarca, Italia, Irlanda etc. El abanico para los langostinos congelados es más extenso si cabe, con partidas procedentes de Cuba o Madagascar.
Otra de las opciones para tratar de reducir la cuantía del menú navideño pasa por adquirir pescado de cultivo. Y es que el precio del producto procedente de la acuicultura es sensiblemente inferior al del pescado salvaje. Dorada, lubina y rodaballo son especies cuya producción en piscifactorías está aumentando de manera espectacular. En el Estado, Canarias encabeza la producción de lubina, Galicia lidera la de rodaballo y la Comunidad Valenciana destaca en el cultivo de dorada.
Aseguran los entendidos que a la hora de saborear el pescado resulta más importante la frescura que su reputación. Dicho de otra manera, la apuesta es por un pescado fresco capturado por nuestros arrantzales, frente una especie noble con pedigrí capturada a miles de kilómetros.