Los zumos de frutas siempre han sido considerados bebidas saludables que aportan energía y vitaminas al organismo. Sin embargo, los avances en materia de salud y nutrición han provocado que esta percepción haya cambiado.

Exprimir un zumo de naranja es una forma rápida y sencilla de beberse el jugo de la naranja en unos segundos, y además resulta rico y refrescante; pero es importante saber que la mayoría de los beneficios de esta fruta se tiran a la basura al hacernos un zumo.

Para tratar el debate, 'Saber vivir' contó recientemente con la visita de la pediatra Lucía Galán, quien hablo claro sobre el tema: "Los niños no deben consumir zumos de forma natural diaria".

"Cuando estamos exprimiendo las naranjas, lo que hacemos es liberar los azúcares", señaló, detallando que este proceso aparta la fibra, lo que provoca en el organismo un pico de insulina.

"Metabólicamente a nuestro organismo le sienta fatal", apostilló.

Por el contrario, si optamos por comer la naranja entera, la doctora explicó que el azúcar se va liberando lentamente: "No provoca esos picos de hipoglucemia".

"La fruta se mastica, no se bebe", sentenció.

Por qué es mejor comer la fruta entera

Comer la fruta entera es una opción mucho más saludable que consumirla en forma de zumo. Aunque ambos proceden del mismo alimento, la forma en que se ingieren cambia significativamente sus beneficios nutricionales.

La fruta entera conserva toda su fibra natural, un componente esencial para mantener una buena digestión, controlar el apetito y regular los niveles de azúcar en sangre.

Cuando se exprime la fruta, gran parte de esa fibra se pierde, lo que provoca que el azúcar natural (fructosa) se absorba más rápido, elevando los niveles de glucosa y favoreciendo los picos de insulina.

Zumo de naranja recién exprimido Pixabay

Exceso calórico

Además, al comer una pieza de fruta, el proceso de masticación y la sensación de saciedad ayudan a consumir menos cantidad. En cambio, un solo vaso de zumo puede contener el azúcar de varias frutas, sin aportar el mismo efecto de llenado. Esto puede derivar en un exceso calórico, incluso si el zumo es natural.

Por último, la fruta entera mantiene intactas sus vitaminas y antioxidantes, que pueden degradarse parcialmente al exprimirla o dejar el zumo expuesto al aire. Por todo ello, elegir la fruta entera es apostar por una opción más equilibrada, nutritiva y beneficiosa para la salud.