La hora a la que tienes que ducharte: vivirías más años, según un cardiólogo
Según varios estudios, es un hábito sencillo que puede tener efectos muy positivos en la salud física y mental
La duchaes algo fundamental para nuestra higiene corporal. Nos duchamos todos los días y dependiendo de nuestros horarios, rutinas o costumbres lo hacemos por la mañana, tarde o noche, pero no somos conscientes de que la hora escogida puede elegir en nuestra salud.
Dormir bien es uno de los pilares más importantes de la salud, y cada vez más investigaciones confirman que ciertos hábitos previos a acostarse pueden marcar la diferencia. Entre ellos, la ducha nocturna ha ganado un lugar destacado, no solo por su función de higiene, sino también por su impacto directo en la calidad del sueño.
Nuestro cuerpo sigue un ritmo circadiano, una especie de reloj interno que regula las fases de sueño. Uno de los factores más influyentes en este proceso es la temperatura corporal. Para poder conciliar el sueño, el organismo necesita reducir ligeramente su temperatura central. Una ducha templada o caliente, tomada entre 1 y 2 horas antes de dormir, favorece este proceso.
El mecanismo es sencillo: tras la ducha caliente, el cuerpo activa mecanismos de termorregulación, como la vasodilatación, que promueven la pérdida de calor. Esto genera una sensación de relajación y facilita la transición al estado de somnolencia.
Evidencia científica sólida
El cardiólogo Aurelio Rojas, popular por sus vídeos en Instagram, señala que un metaanálisis publicado en 'Sleep Medicine Reviews' (2019) revisó 17 estudios y concluyó que las duchas calientes de entre 40 y 42,5 °C antes de dormir mejoran la eficiencia y la duración del descanso. En otras palabras, ayudan a dormirse más rápido, a dormir más profundamente y a mantener un sueño continuo.
Este efecto está relacionado con el impacto de la temperatura en hormonas clave. Por un lado, favorece la liberación de melatonina, la hormona que induce el sueño, y por otro, ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que en exceso dificulta el descanso.
Beneficios comprobados
Varios estudios coinciden en que ducharse por la noche aporta múltiples beneficios:
- Reduce el tiempo para conciliar el sueño, evitando las vueltas en la cama.
- Aumenta la proporción de sueño profundo, la fase más reparadora.
- Refuerza la memoria, el sistema inmune y el estado de ánimo, ya que dormir bien está ligado a un cerebro más eficiente y a un cuerpo más protegido frente a infecciones.
- Favorece la longevidad, puesto que un descanso de calidad disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y deterioro cognitivo.
Más que un hábito de higiene
En culturas como la japonesa, la ducha caliente por la noche han sido parte de rituales de relajación durante siglos. Hoy, la ciencia confirma que no se trata de una simple costumbre, sino de una herramienta eficaz para mejorar la calidad de vida.
Descanso óptimo
Tomar una ducha templada o caliente al final del día no solo limpia el cuerpo, sino que también prepara la mente y el organismo para un descanso de calidad. Según la evidencia científica, es un hábito sencillo que puede tener efectos muy positivos en la salud física y mental. En definitiva, la ducha nocturna es uno de los mejores "trucos" a favor de la longevidad; un aliado silencioso que transforma un acto cotidiano en una estrategia para dormir mejor y vivir más.
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