La alimentación puede influir hasta en un 15% en el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, según la endocrina especializada en nutrición clínica, Samara Palma, del Hospital Universitario La Paz.
En este sentido, afirma que el patrón alimentario saludable que ayuda a prevenir cáncer de próstata consiste en una dieta mediterránea. Palma explica que es importante que predominen frutas y verduras, el pescado, las legumbres así como reducir la grasa animal en detrimento del aceite de oliva.
Por el contrario, “hay que intentar minimizar” el consumo de alimentos ultraprocesados, las bebidas refrescantes con azúcar o la bollería industrial.
Además, la experta insiste en comer proteína “natural” y, añade que “no hace falta poner proteínas por todas partes”. Así, la carne roja se debe comer “de vez en cuando”, explica.
Por otro lado, en el caso de los pacientes que ya están diagnosticados, “necesitan recibir consejo dietético”, porque el aprovechamiento de los nutrientes “se hace de una forma diferente”, señala la experta. Además, “a veces tenemos que poner suplementos nutricionales, o puede ser que te tengamos que preparar para la cirugía”, añade.
El ejercicio, un tratamiento más
Por otra parte, la especialista en ciencias del deporte experta en ejercicio oncológico, Soraya Cascal, lamenta que en el Estado incluir el ejercicio como parte del tratamiento en el caso del cáncer de próstata “todavía está muy en desarrollo”. Sin embargo, en otras partes del mundo está establecido “como un tratamiento más”.
Según un artículo científico se ha demostrado que el ejercicio físico, en concreto en el cáncer de colon, puede tener una importancia del “mismo nivel” que la quimioterapia. En este sentido, la especialista señala que “esto no quiere decir que no hay que dar quimioterapia, pero sí hay que unir el ejercicio como un tratamiento más”.
En el caso de las personas diagnosticadas, el ejercicio ayuda a tolerar mejor los tratamientos
El ejercicio físico “aumenta y mejora la calidad de vida y la efectividad de los tratamientos”, expone Cascal. Así, es importante “combinar el ejercicio de fuerza, que es el que me ayuda a desarrollar más la musculatura, con el ejercicio cardiovascular, que es el que me ayuda a cuidar el corazón y las venas”, explica.
Sin embargo Cascal reconoce que, en el caso de la prevención, “los datos no son tan evidentes como en otros tipos de tumores”, aunque sí se sabe que el entorno fisiológico y la salud “van a estar mucho mejor”. En cambio, en el caso de las personas diagnosticadas “sí tiene mucha evidencia”, “juega un papel fundamental” y, “va a ayudar a estar mejor y a tolerar mejor los tratamientos”, expone.
En este sentido, la experta señala que cuanto antes se empiece a hacer ejercicio físico, más beneficioso va a ser. Aunque advierte de que se necesitan unas recomendaciones o pautas adaptadas a cada situación.
El cáncer de próstata es el tipo de tumor más frecuente en varones en España, representando aproximadamente el 20% del total de casos y la tercera causa de muerte por cáncer en varones, por detrás del cáncer de pulmón y de colon. La detección precoz y el tratamiento adecuado son cruciales para mejorar los resultados en los pacientes, dado que hasta el 90% de los casos presenta buen pronóstico. n E.P