Durante décadas, el huevo ha sido objeto de intensos debates dentro del mundo de la nutrición. Catalogado durante años como un alimento potencialmente nocivo por su contenido en colesterol, fue evitado por muchas personas que buscaban cuidar su salud cardiovascular.

Sin embargo, la ciencia ha evolucionado y con ella nuestra comprensión de cómo los alimentos afectan al organismo. Hoy, gracias a estudios más rigurosos y actualizados, sabemos que gran parte del temor en torno al huevo ha sido infundado.

Origen del mito: el colesterol

El origen del mito sobre los peligros del huevo se remonta a investigaciones antiguas que asociaban el colesterol alimentario con un mayor riesgo de enfermedades del corazón. Como la yema de huevo contiene alrededor de 200 mg de colesterol, se asumió que su consumo aumentaba directamente los niveles de colesterol en sangre.

Esta hipótesis llevó a muchos profesionales a recomendar limitar su ingesta, especialmente entre personas con riesgo cardiovascular.

Sin embargo, investigaciones más recientes han demostrado que el cuerpo regula de forma natural su producción interna de colesterol. Cuando la ingesta dietética aumenta, el hígado reduce su propia producción. Esto significa que, en la mayoría de las personas sanas, el colesterol del huevo tiene un efecto mínimo sobre los niveles sanguíneos.

Los huevos deben conservarse dentro de la nevera Freepik

Lo que dice la evidencia actual

Numerosos estudios contemporáneos han refutado la supuesta relación entre el consumo de huevos y el aumento del riesgo cardiovascular. De hecho, un estudio reciente sobre mortalidad asociada al consumo de huevos no solo no encontró un mayor riesgo, sino que halló una relación inversa entre el consumo regular de huevos y las muertes vinculadas a enfermedades cardiovasculares.

Estos hallazgos coinciden con otros metaanálisis y estudios de cohortes que concluyen que consumir hasta un huevo diario no incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas en personas sanas. Es más, los huevos aportan nutrientes de gran valor: proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B (como la B12 y la riboflavina), colina (esencial para el cerebro), antioxidantes como luteína y zeaxantina (beneficiosos para la salud ocular) y minerales como el hierro y el selenio.

¿Por qué persiste el mito?

A pesar de la abrumadora evidencia, el estigma alrededor del huevo persiste. Parte de la razón puede residir en la inercia de viejas recomendaciones, en la información contradictoria difundida por medios y redes sociales, o en la simplificación de mensajes de salud ("menos colesterol = más salud") que no consideran el contexto individual ni la complejidad del metabolismo humano.

Además, algunos estudios siguen generando titulares alarmistas, a menudo sin una lectura crítica de sus métodos o sin distinguir entre correlación y causalidad.

El huevo, un aliado en la dieta

En resumen, el huevo es un alimento nutritivo, accesible y versátil que puede formar parte de una dieta saludable. En personas sanas, su consumo habitual no representa un riesgo adicional para la salud cardiovascular. Por el contrario, puede ser un excelente aliado nutricional en el contexto de una dieta equilibrada y un estilo de vida activo.