El cáncer de páncreas es una de las enfermedades más agresivas y letales, en parte debido a su diagnóstico tardío y a la falta de tratamientos efectivos en etapas avanzadas.

De acuerdo con la American Cancer Society, no existe una forma infalible de prevenir este tipo de cáncer. Sin embargo, algunos factores de riesgo pueden ser modificados para reducir la probabilidad de desarrollarlo.

Aunque elementos como la edad, el género, la raza y los antecedentes familiares no pueden cambiarse, adoptar ciertos hábitos saludables puede marcar una diferencia significativa en la prevención de esta enfermedad.

No fumar: una decisión clave

El tabaquismo es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo del cáncer de páncreas. Las sustancias químicas presentes en los cigarrillos pueden dañar el ADN de las células pancreáticas, favoreciendo la aparición de tumores malignos.

Estudios han demostrado que los fumadores tienen un riesgo aproximadamente doble de desarrollar este tipo de cáncer en comparación con los no fumadores. La buena noticia es que dejar de fumar reduce significativamente el riesgo, incluso después de años de haber sido fumador.

Dejar de fumar es la mejor decisión posible para evitar la aparición de numerosos cánceres Pixabay

Cuidar la alimentación y el peso corporal

Una dieta equilibrada desempeña un papel fundamental en la prevención del cáncer de páncreas. Se recomienda una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables. El consumo excesivo de carnes rojas, productos ultraprocesados y alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares refinados puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

El sobrepeso y la obesidad también están asociados con un mayor riesgo de cáncer de páncreas. La acumulación de grasa corporal, especialmente en el abdomen, puede provocar resistencia a la insulina y estados inflamatorios crónicos, condiciones que favorecen el crecimiento de células cancerosas.

Mantener un peso saludable mediante una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio es una estrategia eficaz para reducir el riesgo.

Hacer ejercicio regularmente

La actividad física es otro pilar fundamental en la prevención del cáncer de páncreas.

Se recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio intenso por semana.

Caminar, nadar, correr o practicar deportes ayuda a mejorar el metabolismo, mantener un peso adecuado y reducir la inflamación sistémica, factores clave en la lucha contra el cáncer.

Evitar el consumo excesivo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de páncreas, en parte porque puede provocar pancreatitis crónica, una condición inflamatoria que incrementa la posibilidad de desarrollar esta enfermedad.

Si se consume alcohol, debe hacerse con moderación. Las recomendaciones generales sugieren un máximo de una unidad de alcohol al día para las mujeres y dos al día para los hombres.

Evitar la exposición a sustancias químicas dañinas

Algunas sustancias químicas presentes en el lugar de trabajo pueden aumentar el riesgo de cáncer de páncreas.

Personas que trabajan en industrias como la metalurgia, la carpintería y la química pueden estar expuestas a compuestos tóxicos que afectan la salud del páncreas.

Utilizar equipos de protección y seguir protocolos de seguridad puede reducir el riesgo de exposición a estos agentes carcinogénicos.

Controlar las enfermedades relacionadas

Algunas condiciones médicas pueden aumentar el riesgo de cáncer de páncreas. La diabetes tipo 2, por ejemplo, ha sido vinculada a un mayor riesgo de esta enfermedad.

Mantener un control adecuado del azúcar en sangre mediante una dieta saludable, ejercicio y, en algunos casos, medicación puede ayudar a reducir dicho riesgo. Asimismo, la pancreatitis crónica es otro factor que debe manejarse adecuadamente para minimizar la posibilidad de desarrollar cáncer.

Si bien no existe una garantía absoluta para prevenir el cáncer de páncreas, adoptar un estilo de vida saludable puede reducir significativamente el riesgo.

Dejar de fumar, mantener un peso adecuado, hacer ejercicio, evitar el consumo excesivo de alcohol y reducir la exposición a sustancias tóxicas son medidas efectivas.

Además, llevar un control adecuado de enfermedades como la diabetes y la pancreatitis puede ser clave en la prevención. En definitiva, tomar decisiones saludables hoy puede marcar la diferencia en el futuro, ayudando a reducir la incidencia de esta devastadora enfermedad.