Llevar a cabo una dieta equilibrada y saludable es esencial para cuidar nuestra salud, y muchos de los alimentos que consumimos a diario, incluso muchos de los que pensamos que son saludables, pueden causar un gran daño para nuestra salud.

Uno de los elementos más dañinos de la comida son los aditivos, y el glutamato monosódico es uno de los más habituales.

Aunque el glutamato como tal es un aminoácido no esencial que forma parte de las proteínas en el cuerpo humano y en muchos alimentos, es conocido principalmente por su uso como aditivo alimentario en forma de glutamato monosódico (MSG, por sus siglas en inglés), un potenciador del sabor que se utiliza en alimentos procesados para realzar su sabor umami, esa sensación gustativa que se asocia con alimentos ricos y sabrosos.

En los últimos años, el glutamato ha generado controversia, especialmente en su versión artificial, por sus posibles efectos adversos sobre la salud.

El MSG fue sintetizado por primera vez en 1908 por un químico japonés llamado Kikunae Ikeda, quien identificó el sabor umami en las algas marinas. Desde entonces, el MSG ha sido ampliamente utilizado en la industria alimentaria, especialmente en productos procesados, comidas rápidas y snacks.

Alimentos ultraprocesados como sopas, caldos o cocidos llevan altos niveles de glutamato monosódico Pixabay

Alimentos que contienen glutamato

El glutamato está presente de manera natural en muchos alimentos naturales, y el glutamato monosódico (MSG) se añade a una variedad de productos procesados para mejorar su sabor. Entre los alimentos que a menudo contienen MSG o altas cantidades de glutamato, se incluyen:

  • Comida rápida (especialmente en la cocina asiática)
  • Sopas instantáneas y de sobre
  • Snacks salados, como patatas fritas y galletas saladas
  • Condimentos preparados, como caldos en cubo y salsas
  • Alimentos ultraprocesados (comidas congeladas, embutidos y productos listos para el consumo)

¿Por qué deberíamos evitarlo?

El glutamato en su forma natural no suele ser motivo de preocupación, ya que el cuerpo lo procesa adecuadamente. Sin embargo, el uso de glutamato monosódico como aditivo ha suscitado preocupación por sus posibles efectos negativos en la salud.

Síndrome del restaurante chino

El término "síndrome del restaurante chino" se popularizó en los años 60, cuando algunas personas reportaron sufrir síntomas adversos después de consumir alimentos ricos en glutamato monosódico, como dolores de cabeza, sudoración, náuseas y debilidad.

Aunque estudios posteriores no han podido confirmar una relación directa entre el MSG y estos síntomas en la mayoría de las personas, hay individuos que reportan sensibilidad a este aditivo, lo que sugiere que algunos pueden ser más susceptibles que otros.

Exceso de estimulación del sistema nervioso

El glutamato, como neurotransmisor excitatorio, es necesario para el funcionamiento adecuado del cerebro. No obstante, un exceso de glutamato puede ser perjudicial.

Se ha sugerido que el consumo elevado de glutamato monosódico podría contribuir a la excitotoxicidad, un proceso por el cual las neuronas se sobreestimulan y eventualmente se dañan o mueren. Este fenómeno ha sido vinculado, en estudios con animales, a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, aunque estos efectos no se han confirmado en humanos en relación directa con el MSG en la dieta.

Aumento del apetito y obesidad

El glutamato monosódico también ha sido asociado con el aumento del apetito y la obesidad. Algunos estudios sugieren que el MSG podría alterar los mecanismos que regulan la sensación de saciedad, lo que lleva a un consumo excesivo de alimentos y, por lo tanto, a un aumento de peso.

Esto es especialmente preocupante, dado que el MSG se encuentra frecuentemente en alimentos procesados que son altos en calorías y bajos en nutrientes.

Problemas metabólicos

El consumo regular de alimentos procesados que contienen MSG puede contribuir a trastornos metabólicos como la resistencia a la insulina, lo que a su vez incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Aunque estos efectos adversos están más relacionados con una dieta rica en productos ultraprocesados en general, el MSG puede ser un factor contribuyente.

Cómo evitar el glutamato

Reducir el consumo de glutamato monosódico puede ser una estrategia saludable para muchas personas, especialmente para quienes son sensibles a este aditivo. Algunas formas de evitarlo incluyen:

  • Leer las etiquetas: Busca "glutamato monosódico" o "E621" en las etiquetas de los alimentos procesados.
  • Evitar alimentos ultraprocesados: Opta por comidas frescas y preparadas en casa para reducir la ingesta de aditivos.
  • Consumir alimentos ricos en glutamato natural con moderación: Aunque el glutamato natural no es problemático para la mayoría, es recomendable llevar una dieta equilibrada.

El glutamato, especialmente en su forma de glutamato monosódico, ha sido objeto de controversia debido a sus posibles efectos negativos sobre la salud.

Aunque no todas las personas experimentan reacciones adversas, es aconsejable eliminar, o al menos reducir de forma considerable el consumo de alimentos procesados ricos en MSG y optar por una dieta basada en productos frescos y naturales.

Mantenerse informado sobre los ingredientes que se consumen es clave para cuidar la salud y el bienestar a largo plazo.