La alopecia androgénica, también conocida como alopecia androgenética o calvicie común, es la enfermedad capilar más frecuente entre hombres, ya que afecta a 1 de cada 6. Sin embargo, este tipo de alopecia no es exclusiva de los hombres, ya que altera también la salud capilar de muchas mujeres. “La alopecia androgénica es un tipo de alopecia causada por el efecto de las hormonas masculinas. Concretamente, la testosterona, al metabolizarse, produce lo que se conoce como dihidrotestosterona (o DHT), la cual produce una afectación a nivel del folículo piloso generando la pérdida del cabello”, explica el doctor Steven Walker, de la clínica Hospital Capilar.

La alopecia androgénica tiene un origen poligenético, es decir, son muchos los factores genéticos que influyen. Se trata de una enfermedad hereditaria que afecta tanto a hombres como a mujeres, los cuales disponen de una mayor sensibilidad de los receptores androgénicos del folículo piloso. 

Por ello, “no se trata de una enfermedad condicionada por disponer de altos niveles de testosterona, sino por una mayor sensibilidad de los receptores androgénicos al efecto de la testosterona”, puntualiza.

Este tipo de alopecia androgénica afecta a alrededor del 45% de la población masculina. Por otro lado, en las mujeres cerca del 30% padecen esta enfermedad, siendo frecuente en mujeres posmenopáusicas. Pero, para poder prevenir la caída del cabello y frenar el avance de la alopecia, es fundamental detectar los signos que delatan la falta de salud capilar.

Síntomas

Uno de los principales síntomas de la alopecia androgénica es la pérdida de densidad capilar, señal a la que se une el incremento de la caída del cabello; además del debilitamiento del pelo. “En algunos casos la alopecia androgénica puede estar asociada a casos de dermatitis seborreica o cueros cabelludos grasos, ya que el efecto androgénico estimula las glándulas sebáceas”, apunta el doctor Walker.

Por esta razón, hay que prestar especial atención al principal signo de alerta, que es la disminución de la densidad capilar, esto es cuando el pelo se vuelve más fino y comienzan a aparecer zonas sin pelo normalmente siguiendo un patrón muy marcado. En el caso de los hombres, aparecen entradas y comienza a clarear la coronilla; en mujeres, la falta de pelo es visible en el centro del cuero cabelludo. De esa forma, ante los primeros síntomas se debe consultar con un experto para que realice un diagnóstico preciso y permita al paciente comenzar cuanto antes con el tratamiento más adecuado.

En el caso de los hombres, la edad también es un factor a tener en cuenta, ya que la alopecia androgénica suele aparecer en la pubertad tardía o adultez temprana, momento en el cual existe una mayor actividad hormonal. 

“En pacientes que experimentan un aumento en los niveles de hormonas masculinas y existe predisposición genética, comienza a verse la afectación por la alopecia androgénica. No obstante, es importante recalcar que el patrón de caída capilar de aparición de entradas, coronilla etc., comienza a verse normalmente años después de la afectación del folículo piloso”, manifiesta el especialista.

Consejos

Aunque la alopecia androgénica o androgenética no se puede prevenir como tal, sí existen tratamientos médicos que contribuyen a frenar los efectos de la misma, a mejorar la calidad del pelo y aumentar la densidad capilar. De esta forma, se evita el avance de la alopecia, pero no se previene.

Para obtener resultados óptimos, es fundamental contar con un experto en salud capilar que ofrezca un tratamiento médico personalizado. En estos casos, se suelen emplear fármacos tópicos, orales, o tratamientos infiltrados como la mesoterapia capilar o el plasma rico en plaquetas o, incluso, la combinación de estos.