Estar triste es un estado emocional transitorio normal en las personas, pero la depresión es un problema que va mucho más allá y que incapacita a las personas que lo sufren. “La tristeza es algo evolutivamente positivo; el problema es que la sociedad no admite este sentimiento”, explica el doctor José Manuel Montes, jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

“Vivimos en una sociedad en la que todos queremos estar siempre bien. Tal vez de ahí venga esa vulgarización del concepto de depresión, una grave enfermedad que la sociedad continúa sin entender, a pesar del sufrimiento que genera”, añade.

Montes recalcó que la depresión no es una enfermedad hereditaria: “Se hereda la predisposición a padecerla, que junto a la interacción de otros factores ambientales precipitan, en la mayoría de los casos, la depresión”.

Entre los factores ambientales, los expertos destacaron los psicológicos, tales como el autoconcepto negativo, sensibilidad al rechazo, neuroticismo, rumiación y emocionalidad negativa, así como los sociales, relativos al entorno individual y social donde vive y se desarrolla cada persona, en definitiva, su código postal.

Por su parte, la doctora Alba Babot, especialista de Medicina de Familia de La Garriga (Barcelona), apuntó que en la consulta de primaria, “la mayoría de los problemas psicosociales relacionados con la depresión están relacionados con la presión social y económica en el ámbito laboral, el trabajo de los cuidados y los problemas de la pareja”. 

Indicó que un elevado porcentaje de adultos con depresión presenta antecedentes de trauma infantil, lo que se asocia a una peor respuesta al tratamiento antidepresivo o remisión. “El trauma psicólogo multiplica por cuatro el riesgo de depresión tras múltiples experiencias adversas en la infancia y cuanto más crónico es el abuso, mayor es la prevalencia de depresión de por vida”.

Soledad no deseada

En nuestra sociedad, la soledad representa también es una amenaza que afecta de forma negativa a la salud física y mental; la soledad aumenta hasta cinco veces las probabilidades de sufrir depresión, aunque es un factor modificable.

Babot subrayó que, a diferencia de lo que se pensaba, actualmente la población joven es la que presenta más sentimiento de soledad en comparación con la población adulta mayor. “Las redes sociales y la vinculación a pantallas, factores económicos o no trabajar en contacto con otras personas serían los factores que más contribuyen a este sentimiento de soledad no deseada”.

Por último, el doctor Adrián Neyra, especialista en Patología Dual y Psicosis y profesor asociado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias, reconoció que la depresión y consumo de sustancias es la patología dual más frecuente. 

“Las personas con depresión se mantienen con más consumo que aquellas sin depresión. A su vez, el consumo de alcohol aumenta los síntomas de depresión y la probabilidad de suicidio”.

Aseguró que la depresión comórbida con trastornos por uso de sustancias es más frecuente en mujeres que en hombres, y la depresión es dos veces más habitual en mujeres con un trastorno por consumo de sustancias. 

“Además, ellas se sienten estigmatizadas; la culpabilización social y el temor a ser juzgadas lleva al retraso en el tratamiento y en el diagnóstico”, remachó, al tiempo que abogó por un tratamiento integrado de la patología dual, donde el mismo equipo terapéutico trate, a su vez, la depresión y la adicción.