Se le conoce como la enfermedad invisible y se caracteriza por producir dolor por todo el cuerpo y un cansancio extremo. Hablamos de la fibromialgia, una enfermedad sin cura que afecta en España a 3 de cada diez personas, siendo el 90% de ellas mujeres.

Su diagnóstico es complicado porque es diferente en cada persona y porque, además, aún no se sabe a ciencia cierta qué la produce ni por qué. Una de las principales teorías que se barajan es que quien la sufre tiene una alteración en las estructuras del sistema nervioso que perciben el dolor. Esto hace que responda de una manera desproporcionada a los estímulos y que su umbral de dolor sea muy bajo: un simple movimiento o una pequeña presión les genera mucha molestia.

Un hombre, con gesto de dolor, se lleva la mano a la zona lumbar. Freepik

Los expertos de TK Home Solutions destacan algunos de los síntomas de esta enfermedad:

1- Dolor crónico generalizado del aparato motor. Cada persona siente el dolor de forma diferente y, además, este puede aparecer, desaparecer o variar su intensidad.

2- Fatiga desproporcionada. Actividades aparentemente sencillas producen un cansancio extremo que no se corresponde con el esfuerzo realizado.

3- Trastorno del sueño. Son habituales los problemas para conciliar el sueño.

4- Sensación de rigidez generalizada. Se produce sobre todo por la mañana, lo que dificulta levantarse de la cama y empezar la rutina diaria.

5- Disfunción cognitiva. Cuesta mucho enfocarse y concentrarse en una sola actividad y retener la información. También son habituales las migrañas y los dolores de cabeza.

6- Síndrome de colon irritable. Lleva asociado dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.

7- Ansiedad o depresión. La fibromialgia daña gravemente la salud mental, por lo que suele ir acompañada de trastornos como la ansiedad o la depresión. La terapia psicológica y la lucha contra el estrés son esenciales para muchos enfermos.

Una mujer practica deporte moderado en su casa. Freepik

Consejos para vivir mejor

Al tratarse de una dolencia crónica para la que no hay cura, los expertos ofrecen una serie de consejos para mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de las personas que la sufren. Son estos:

1- Crear una rutina. Es importante establecer una rutina que ayude a identificar los niveles de energía para saber cuándo uno es capaz de hacer determinadas tareas y cuándo no.

2- Aprovechar la energía. Los días que uno se sienta bien debe hacer todo lo que pueda y durante el tiempo que pueda.

3- No forzarse. Hay que aprovechar la energía, pero también hay que saber cuándo parar.

4- Preparar la casa para los días malos. Es importante tener la vivienda preparada para evitar caídas y facilitarnos las tareas indispensables.

5- Ejercicio moderado y adaptado. Trabaja para mantener tus huesos sanos y fuertes, adaptando, eso sí, esa rutina a tu nivel de energía.

6- Ejercicios de relajación. El ejercicio moderado, la terapia psicológica y las actividades relajantes te ayudarán a mantener una buena salud mental.

7- Una buena cama. Un buen colchón y una habitación tranquila son indispensables para un buen descanso. Evita, además, las bebidas estimulantes y la cafeína.

El impacto de la fibromialgia en la calidad de vida de quien la padece puede variar de unas personas a otras, pudiendo llegar a ser muy discapacitante.