¿Eres de los que te sacas las tabas o de los que odias que alguien lo haga? Crujirse los dedos es un gesto que no deja indiferente a nadie y es que hay personas que notan un gran alivio al hacerlo y otras a las que les da una dentera terrible tan solo verlo u oírlo.

Tanto si estás en un bando como en el otro, alguna vez te habrás preguntado si es malo realizar ese gesto. Pero, ¿qué ocurre en realidad cuando te sacas una taba?

Al proceso que provoca este chasquido se le llama cavitación. Nuestras articulaciones (estructuras anatómicas que unen dos huesos o un hueso y un cartílago) tienen un líquido sinovial que las lubrica e impide el roce entre ellos. En este líquido se pueden formar burbujas de gas (dióxido de carbono, oxígeno y nitrógeno).

Al crujirnos los nudillos, bien flexionando los dedos o estirándolos, aumentamos el espacio entre las dos piezas óseas y se eleva la presión intraarticular. La cápsula sinovial se dilata y con ella los gases de su interior que estallan y desaparecen durante unos minutos. Esta es la razón por la que no puedes hacer crujir una articulación dos veces seguidas. El crujido sucede en menos de 310 milisegundos.

Los motivos por los que una persona se saca tabas pueden ser variados. Para unos, es una vía de escape en momentos de nerviosismo y hacerlo les hace sentirse bien; para otros, es una manera de desentumecer las articulaciones y notarlas más flexibles y sin presión interior. También hay quien lo hace casi sin darse cuenta, ya que se ha convertido para ellos en un tic o en un hábito totalmente inconsciente.

Como curiosidad, se crujen más los dedos los hombres que las mujeres, debido a que la musculatura de los primeros es más tosca y la de las segundas más laxa.

Una mujer se cruje los dedos de las dos manos. Freepik

¿Es realmente perjudicial sacarse tabas?

Los expertos coinciden en que los riesgos para la salud de crujirse los nudillos son mínimos siempre y cuando se haga de forma ocasional, ya que si abusamos puede acabar provocándonos molestias, dolor o rigidez.

No hay demostraciones científicas que indiquen que estos chasquidos provocan artritis pero, si lo hacemos con demasiada frecuencia, a medio y largo plazo pueden desencadenar otros problemas como un desgaste articular o lesiones en las estructuras de tendones y ligamentos. Además, si no te controlas, puedes llegar a luxar alguna articulación que tengas débil o en la que hayas sufrido alguna lesión.

Si padeces artritis, este chasquido será distinto y te producirá dolor debido al roce entre los huesos de las articulaciones por el desgaste de estas y por la degeneración ósea que conlleva esta enfermedad crónica.

Así que ya sabes, si eres de los que ves en el crujido de los dedos una vía de escape para los nervios y la ansiedad, mejor que intentes canalizarla de otra forma. Aunque a corto plazo te resulte un gesto relajante y placentero, a la larga te puede resultar perjudicial.