Ataun es uno de esos rincones de Gipuzkoa que, para quien no lo conoce, puede pasar desapercibido, pero que puede presumir de tener una belleza singular.

Situado en el corazón del valle del Goierri y en plena frontera con el Parque Natural de Aralar, este municipio, que es el más largo de Gipuzkoa, destaca por ser uno de los parajes más verdes y menos alterados del territorio. Sus montes y cuevas han sido, durante años, escenario e inspiración de numerosas leyendas de la mitología vasca.

Ataun limita con Navarra y está rodeado por el bosque de Aralar, un lugar que refuerza su vínculo con la naturaleza y la tradición.

Entre sus tesoros geológicos destaca el Domo de Ataun, o Aitzartea, considerado un fenómeno natural de gran belleza. Bajo su superficie se esconde un laberinto subterráneo de cuevas, como Troskaeta, Sarastarri e Intzartzu, que añaden un toque diferente al paisaje.

Cueva de Troskaeta Myrian Aranburu

Más que naturaleza

Para quienes lo visitan, Ataun ofrece mucho más que naturaleza. Numerosos senderos invitan a pasear y descubrir sus alrededores, combinando la experiencia de un entorno privilegiado con la oportunidad de conocer su patrimonio histórico.

Entre los lugares de interés sobresale la iglesia de San Martín de Tours, una construcción del siglo XVI que conserva el sabor de la arquitectura tradicional. También merecen una mención especial los palacios de Zubikoeta y Zelabear, grandes referentes de la historia de la zona.

Ataun, con su mezcla de paisajes, leyendas y patrimonio, es un destino que cautiva a quien decide adentrarse en él, revelando poco a poco la riqueza de uno de los municipios más singulares de Gipuzkoa.

Imprescindible para la salud

Pasear por la naturaleza ofrece múltiples beneficios para la salud física, mental y emocional.

En un mundo cada vez más acelerado y conectado a la tecnología, salir al aire libre y disfrutar de entornos naturales puede ser una actividad sencilla pero extremadamente valiosa para mejorar el bienestar general.

Caminar por la naturaleza es una forma de ejercicio que fortalece el sistema cardiovascular, mejora la circulación y ayuda a mantener un peso saludable.

Además, pasear por terrenos irregulares, como senderos en bosques o montañas, activa diferentes grupos musculares y mejora el equilibrio y la coordinación.

El aire fresco y puro también contribuye a mejorar la capacidad pulmonar y a reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.

Asimismo, uno de los aspectos más destacados de pasear por la naturaleza es su impacto en la salud mental. Diversos estudios han demostrado que pasar tiempo en entornos naturales reduce el estrés, la ansiedad y la fatiga mental.

La naturaleza tiene un efecto calmante que ayuda a desconectar del ajetreo cotidiano, disminuyendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Además, el contacto con espacios verdes mejora la concentración, la memoria y la creatividad, ya que proporciona un descanso mental del entorno urbano y digital.

Bienestar emocional

El contacto con la naturaleza también tiene efectos positivos en el bienestar emocional. Caminar por un bosque puede generar sentimientos de felicidad y satisfacción, lo que contribuye a mejorar el estado de ánimo.

Además, este tipo de actividad promueve una mayor conexión con uno mismo y con el entorno, favoreciendo la práctica de la atención plena o mindfulness, lo que puede aumentar la sensación de paz interior y gratitud.

En resumen, pasear por la naturaleza es una actividad que aporta beneficios físicos, mentales y emocionales, ayudando a mejorar la calidad de vida y el bienestar general de las personas que lo practican regularmente.