Pegando a la capital navarra se encuentra está preciosa cumbre convertida en espectacular atalaya desde la cual dominar no solo Pamplona sino también sus alrededores. Además se trata de una cima con historia que descubriremos en esta ruta acompañados de la escritora navarra Susana Rodríguez Lezaun.
DATOS PRINCIPALES
· Kilómetros: 7,7 km
· Desnivel positivo: 450+
· Duración: corriendo 1:15h / Caminar - correr: 1:40h / Senderismo 2:30h
LLEGADA AL PUNTO DE PARTIDA
· Desde Pamplona, saliendo por el norte de la ciudad atravesamos primero el barrio de la Rochapea para una vez superada la circunvalación PA-30 acceder a Artica y a la iglesia de San Marcelo, inicio de la ruta.
· Desde Bilbao, cogemos la A-68 y la n-622 dirección Vitoria. Antes de llegar nos incorporamos a la N-1 sentido Irún hasta Alsasua donde salimos dirección Pamplona. Aquí cogemos la PA-30 hasta Artica.
· Desde Vitoria, por la salida norte accedemos a la N-1 sentido Irún. A partir de aquí seguimos las indicaciones del puto anterior.
· Desde Donostia salimos dirección sur para por la N1 dirección Madrid. Pasando Andoain cogemos la A-15 que nos lleva a Pamplona. A partir de aquí continuamos siguiendo las indicaciones anteriores.
DESCRIPCIÓN
Situado como un guardián verde que cuida de su vecino urbanita se sitúa el monte Ezkaba, solitario, en la cuenca de Pamplona. Además sirve de frontera natural con el valle de Ezkabarte; recorre toda la cuenca norte de la capital navarra desde Arre hasta Berriosuso. En la cara sur del monte, la que recorreremos, aparecen quejigos, algún roble o encina además de pinos en reforestación, pero es posible encontrar vestigios antiguos en forma de algún viñedo, lo cual hasta el siglo XX era lo principal, las viñas, dadas las características de clima mediterráneo.
Hemos quedado en Artika, el pequeño concejo de la localidad de Berrioplano situado en las faldas de la montaña, con la escritora navarra Susana Rodríguez Lezaun, quien nos va a acompañar en la ruta del día de hoy en calidad de cicerone. Con ella vamos a descubrir todos los secretos y buena parte de los caminos que recorren este monte. Allí mismo, en Artika, tan solo tenemos que subir un par de calles para encontrar un panel informativo que nos indica las posibilidades que tenemos de ascensión. Cogemos el camino con marcas rojas y blancas (señales de GR, sendero de gran recorrido) que prácticamente en ningún momento vamos a abandonar hasta la cumbre.
CONSEJOS PARA REALIZAR ESTA RUTA
Hidratación. No tenemos en toda la ruta nada de agua así que es imprescindible ir bien provisionados.
Calzado. Salvo en época de lluvia cualquier calzado deportivo es adecuado. Pero no está de más llevar una suela con buen agarre
Dificultad. Ruta muy sencilla de realizar por un camino perfectamente marcado y balizado. Muy recomendable para ir con niños.
Los primeros pasos son por hormigón, pero en pocos metros desaparece y el suelo se transforma en camino pedregoso. El desnivel va aumentando exponencialmente, lo que provoca que entremos en calor rápido, y tanto Susana como yo nos quitemos alguna de las capas de ropa. Durante la subida tenemos ciertos lugares que merecen una parada, bien para una foto, bien para echar un trago de agua, que por cierto deberemos llevar al no haber ninguna fuente por el camino. Un curioso merendero, muy cerca del inicio de la ruta, nos aguarda con una agradable sombra.
Comentamos entre nosotros lo que parece un cambio total de terreno, ya que ahora la sombra se va a convertir en nuestro compañero inseparable hasta casi el final de la subida. Eso, junto con el desnivel más suave que al inicio y una entretenidísima conversación de libros, como no podía ser de otra manera, hace que casi sin darnos cuenta lleguemos a otro de los lugares donde detenerse un momento.
COLLADO Y CIMA
Estamos en el collado de La Barga, donde a la sombra de quejigales y carrascas nos tomamos un merecido descanso para escuchar a la naturaleza antes de finalizar con la ascensión. En un abrir y cerrar de ojos, tras un repecho un poco más exigente, donde la gente baja corriendo ante el asombro de nuestra acompañante –quien bromea si tienen las rodillas biónicas porque no entiende como pueden bajar a semejante velocidad–, llegamos a la puerta de entrada del fuerte de Alfonso XII, que es lo mismo que decir que estamos en la cima de San Cristóbal.
Realmente no es del todo cierto, ya que la cima original se encuentra dentro del propio fuerte y no nos es posible acceder a ella por ser propiedad militar. Lo que sí podemos hacer, y hacemos, es rodearlo por el sendero que lo bordea, siempre pegados a sus fosos.
ERMITA Y CASTILLO
Hay que comentar que antes del fuerte, lo primero edificado en las laderas de Ezkaba fue la ermita de San Cristóbal, en fechas cercanas al siglo XIII. Por otro lado, dado el carácter estratégico de la cumbre, también existió allí el castillo de San Cristóbal, al que sucedieron, una vez arrasado, varias torres de vigilancia hasta que a finales del siglo XIX se construyó el Fuerte de Alfonso XII.
Este, al poco de terminarlo, quedó obsoleto por el desarrollo de la aviación. De ahí que se convirtiera en penal y con ello en símbolo de represión franquista. Aquí precisamente ocurrió una de las fugas más espectaculares de la historia, conocida como la Fuga de Ezkaba, donde 800 presos intentaron escapar en 1938 fueron abatidos o capturados en su mayor parte. Hoy en día todavía se rememora dicha fuga con una marcha tan conocida como dura, puesto que discurre por los 53 kilómetros que unen este lugar con la localidad francesa de Urepel.
Tras bordear el fuerte, en otro panel informativo se pueden ver las cumbres al norte y también el buzón cimero (895m.), aunque ya hemos comentado que no es tal. Justo a la izquierda de las antenas, me comenta Susana, se sitúa el cementerio de las botellas, nombre común del cementerio del penal. Toma ese nombre por el hecho de enterrar a las personas en ataúdes de madera con una botella entre las piernas o en un lateral. En dichas botellas se colocaba un documento con la filiación de la persona fallecida.
DE REGRESO
Ya bajamos y para eso seguimos recto por el sendero, a la par de la carretera, para tomar un estrecho camino con una pendiente muy pronunciada de bajada pero muy señalizado con marcas verdes y blancas. Tras un kilómetro de empinado descenso, llegamos a la imagen monumental del Sagrado Corazón de Jesús. Obra de don Ambrosio Eransus, conocido sacerdote navarro, forma parte de un conjunto monumental formado por tres partes: un vía crucis, los miliarios de los diez mandamientos y el citado monumento al Sagrado Corazón.
Terminamos la ruta de nuevo en Artika, no sin antes dar las gracias a Susana por tan agradable compañía. No sé qué me da que volveremos a tenerle cerca para realizar alguna otra excursión...
PLANES ALTERNATIVOS
Aunque esta ruta ya llena de por si la jornada entera proponemos un par de planes para completar un fantástico fin de semana:
· Visita a la Foz de Arbayun: proponemos una ruta al impresionante balcón de la Foz de Arbayun El camino transcurre entre bosques de siempre verdes arbustos de boj desde donde avistar majestuosas aves rapaces. El lugar es considerado como reserva natural y zona especial de protección de aves, como el buitre leonado que anida allí. Iniciamos en el Alto de Iso, junto al parking que se encuentra en el desvío hacia el mirador; es una amplia explanada. Y hay dos caminos conducen al mirador: el de la izquierda atraviesa el bosque de boj y está señalizado en algunos puntos y en las intersecciones con montoncitos de piedra, por lo que es preciso ir muy atentos para evitar extraviar el sendero. El camino de la derecha es más despejado, ancho y fácil. Durante la última parte del recorrido en lugar de mirar hacia arriba para disfrutar del majestuoso vuelo de las aves rapaces, miramos hacia abajo y en torno nuestro. Las paredes de roca caliza del barranco tienen hasta 300 metros de altura en algunos puntos y casi seis kilómetros de extensión, razón por la cual está considerada como la reina de las foces de Navarra.
· Descubrir el castillo de Javier: situado en Javier, una villa de la Comarca de Sangüesa en un principio fue una torre de vigilancia en un lugar estratégico entre los reinos de Navarra y Aragón, a la que con el tiempo se le fueron adosando estancias y murallas. Tiene tres torres y tres secciones de diferente antigüedad: la Torre del Santo Cristo, la torre del homenaje o de San Miguel, es la parte más antigua del castillo y la de Undués, una antigua bodega. Este es uno de los pocos castillos que conservan buena parte de sus defensas y las estructuras que lo componen. El acceso se hace cruzando un puente levadizo. Bajando por la escalera del cojo, se accede al recinto más antiguo del castillo, la habitación del Santo, donde vivió San Francisco Javier desde joven hasta 1525, cuando se marchó a Paris para estudiar en la universidad. En honor a San Francisco Javier, el Patrono de las misiones y la juventud el primer o segundo fin de semana de cada mes de marzo los habitantes de Javier y las poblaciones vecinas salen andando, en romería, hasta el castillo de Javier. Son las Javieradas que atraen miles de peregrinos de todas partes de España.